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El 'Hombre de los Hielos' tenía los pulmones de un fumador", afirma Spindler

El arqueólogo dirige a 150 científicos que estudian la momia congelada

Jacinto Antón

El Hombre de los Hielos, el cadáver de 5.300 años descubierto en 1991 en un glaciar de los Alpes tiroleses, extraordinariamente conservado, está destinado a permanecer en manos de la ciencia y no se exhibirá públicamente jamás, manifestó ayer en Barcelona el responsable del estudio de la momia, el arqueólogo y prehistoriador alemán Konrad Spindler. El científico desmontó algunos mitos populares en torno al congelado individuo y reveló un dato nuevo: sus pulmones estaban deteriorados como los de un fumador empedernido, por respirar el humo de las hogueras.

"La investigación de una momia como el Hombre de los Hielos no concluye nunca", subrayó Spindler, que cerró así cualquier especulación sobre una inhumación del cadáver. La momia, que ha sido vista por sólo un centenar de personas, y permanece en Innsbruck a 6 grados bajo cero, no se expondrá: "Es altamente sensible, todavía tiene líquidos corporales; no podemos someterla a ningún riesgo", señaló el científico. "Excluyo toda posibilidad de exhibición". Spindler presenta estos días en España su libro sobre el hallazgo e investigación del Hombre de los Hielos (Círculo de Lectores), cuyos derechos van a un fondo para su estudio propiedad de la provincia autónoma del Tirol del Sur (Italia).El arqueólogo es un hombre corpulento de rostro macizo e inexpresivo, pero evidencia tener esa extraña vena poética de los científicos muy especializados (confiesa que le conmueve la muerte "fría y solitaria" de los cadáveres hallados en glaciares, y dice que la momia del Hombre de los Hielos se ha vuelto "más hermosa" desde que la estudia). Spindler vio por primera vez a Ötzi, como se ha bautizado popularmente al cadáver (oficialmente "momia del neolítico superior del glaciar del Hauslabjoch, municipio de Schnals, provincia autónoma de Bozen-Tirol del Sur, Italia"), el 24 de septiembre de 1991 en el Instituto de Medicina Forense de Innsbruck, adonde había sido trasladado el cuerpo descubierto el 19 de septiembre por una pareja de alpinistas en el valle alpino de Ötz.

El arqueólogo, pese a su flema, se quedó con la boca abierta. Le bastó, dice, un vistazo para comprender, por los útiles y restos de vestido, que aquel cadáver tenía alrededor de 4.000 años: un hombre prehistórico con toda su impedimenta, algo que jamás había visto nadie antes. Hoy, Spindler dirige 64 grupos de investigadores de la momia, más de 150 personas. "Aún pasarán muchos años antes de que podamos desentrañar los secretos que guarda la momia", explicó Spindler. "La investigación es lenta porque nos ha obligado a desarrollar métodos especiales".

Tatuajes

Spindler consideró que la in vestigación sobre los tatuajes de la momia son quizá lo más interesante. "A simple vista tiene veinte, pero hemos podido observar con el uso de filtros hasta 57. Están ubicados en las articulaciones, en zonas sometidas a carga; las pruebas radiológicas y las tomografías computerizadas muestran que en esas zonas el individuo padecía desde leves hasta medianas de formaciones artríticas, que provocaban dolor. No nos cabe duda de que los tatuajes tenían una función terapéutica, un tratamiento similar a la acupuntura".La causa de la muerte del Hombre de los Hielos es aún un enigma. "El cuerpo no muestra traumatismos mortales y parece que su alimentación era aceptable (los intestinos estaban razonablemente llenos, el individuo había comido 10 o 12 horas antes de la muerte)", señaló Spindler.

Entre las novedades científicas explicadas por Spindler está la extracción de ADN de la momia, que ha probado que el Hombre de Hielo "era un europeo, afín a las poblaciones alpinas". Las muestras de tejido pulmonar arrojan que el individuo tenía los pulmones de un fumador empedernido; presentaban un estado fuertemente antracótico, que se explica -como en las momias de los esquimales de Quilakitsog (siglo XV)- por el respirar el humo de hogueras en lugares cerrados. La momia fue hallada sin pelo en el cuerpo, a excepción de cuatro pelos púbicos. Esta pérdida es normal, como lo prueba el cadáver de un gato liofilizado que afloró en el glaciar de Stubaital sin más pelo que el del bigote.

Según Spindler, Ötzi era un pastor y cazador ocasional. Respecto a los mitos que han ido surgiendo, descarta que fuera un chamán pues no llevaba ningún elemento que lo pruebe (máscara, tambor). Su único adorno era un colgante con una cuenta de mármol blanco. En cuanto a los tres supuestos hongos alucinógenos que llevaba, "uno era un hongo yesquero, y los otros, hongos de abedul, que contienen ácido poliporo C, una sustancia antibiótica, y que se usaban como antihemorrágicos hasta principios de siglo".

Genitales

El Hombre de los Hielos tampoco estaba castrado. Los genitales estaban aplastados y desecados, con el pene (5 centímetros) adherido al escroto por congelación. En cuanto a la historia de que se había encontrado semen en el ano del cadáver, Spindler explica en su libro que es un "infundio", pues la región anal de la momia fue destruida hasta los huesos al arrancarla del hielo.

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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