El empuje de Chirac
Frente a un John Major incógnita, y un Helmut Kohl discretísimo en los últimos meses, contrastará en Cannes un Jacques Chirac pletórico de iniciativa: en la cumbre del G-7 de Halifax, con el lanzamiento de un plan de empleo y en el impulso de la presidencia semestral de la Unión Europea, que en tres semanas ha movido la máquina comunitaria tanto como la había dejado sestear durante los cinco meses precedentes.Este entusiasmo in extremis -indispensable para salvar el Consejo Europeo de lunes y martes- supura en la carta que Chirac ha enviado a sus homólogos, a título de agenda y recordatorio de sus prioridades.
Son éstas:
Arranque "inmediato" de las obras de las grandes redes transeuropeas (los 14 proyectos de autopistas y trenes de alta velocidad aprobados en la cumbre de Corfú).
Examen de los trabajos preparatorios de la unión monetaria.
Acuerdo sobre Europol y plan de lucha contra la droga.
Política exterior: ex Yugoslavia, y fondos para los países de África, Caribe y Pacífico (ACP), Europa del Este y Mediterráneo.
Reforma del Tratado de Maastricht (intento de imponer "prioridades" al Grupo de Reflexión).
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