Puntualización

Quisiera que me consintieran hacer una pequeña puntualización sin importancia. Peru Egurbide escribía en 'Don de Lenguas' (en Babelia), hace unos días, que era difícil o poco probable que el premio de la ciudad de la laguna volviera a ser concedido este año a un artista español, después de ser premiado Tápies en la Bienal de 1993. Antoni Tápies lo obtuvo, efectivamente, hace dos años, ex aequo con Richard Hamilton, artista inglés, como es inglés, de origen norteamericano, Ron Kitaj, el laureado de este año.No es cierto que no saludara a Tomás Llorens en Venecia. Le di la mano dos veces, después de saber lo que había hecho: una en el Florian, en presencia de Francisco Calvo Serraller, y otra después de la ceremonia de entrega de los premios, en la puerta del pabellón francés, en presencia también de Arturo Carlo Quintavalle y de Catherine Millet.

La verdad es otra. Cuando Andreu Alfaro me dijo que Tomás Llorens era uno de los cinco jurados que otorgarían el premio, le contesté simplemente que, hasta ese momento, yo siempre había creído que le darían el gran premio de escultura, pero que ahora estaba seguro de que Tomás Llorens haría lo imposible para que no se lo dieran.

También es verdad, que prefiero al Tomás Llorens de 1974, cuando yo le nombré comisario del pabellón no oficial de España, en la muestra España. Vanguardia artística y realidad social de la Bienal de 1976, con sus pantalones de pata de elefante y su camiseta que dejaba ver generosas. gotas de sudor, como perlíneas estalactitas colgándole de los pelos del sobaco, al Tomás Llorens de hoy, vestido permanentemente de Opus De¡.

No me ha afectado demasiado el que yo no obtuviera el premio de Venecia, porque los premios son como la gripe, hasta los. más tontos terminan cogiéndola.

Sí me afecta, por ejemplo, que Jean Clair, con buena fama de independiente y riguroso, me dijese de viva voz, seis meses antes de la inauguración en el Palazzo Grassi de Venecia, que me había invitado a su exposición Identidad y alteridad, y efectivamente mi nombre aparecía oficialmente impreso en las listas, pero que al final había decidido no incluirme porque estaba en el mismo caso que César y Kossoff., Los tres teníamos una amplia participación en nuestros respectivos pabellones, yo en el de España y ellos en los de Francia e Inglaterra. Naturalmente, lo comprendí. Y luego resultó que Chirac le impuso a César en la cola de su exposición, y a Kossoff lo metió de clavo, porque a algunos franceses les encanta la Gran Bretaña.

Gracias por permitirme estas consideraciones.-