El agente secreto que pasó de cazador a cazado
Juan Alberto Perote Pellón, de 56 años, se incorporó al, Cesid en 1 982, meses después de que, en mayo de 1981, el entonces presidente Calvo Sotelo nombrara a Manglano jefe del servicio secreto con el encargo de impedir intentonas golpistas como la del 23 de febrero de ese año.En 1983, Perote se hizo cargo de la Agrupación Operativa del Cesid, el departamento encargado de las operaciones clandestinas del centro, que bordean la legalidad. Hasta 1991, desempeñó su trabajo a plena satisfacción de su jefe y nada hacía prever que se convertiría en la mayor oveja negra de la historia del centro.
Ese año se produjo un hecho que habría de truncar su carrera.
Perote, al mando de un grupo de agentes, viajó a Bucarest, donde acababa de caer el régimen de Ceaucescu. Su objetivo era, presuntamente, recuperar vídeos eróticos que la policía política rumana, la Securitate, grababa a sus huéspedes extranjeros, incluidos los españoles.
Tanto los agentes del Cesid, como los de otros servicios occidentales trataban de evitar que material tan sensible quedara fuera de control. De cazadores pasaron a cazados. Perote y sus acompañantes fueron fotografiados por la revista Tiempo, que reprodujo su imagen.
En noviembre de 1991, poco después de ascender a coronel, Manglano "no confirmó" a Perote en el cargo, lo que equivalía a su expulsión. En círculos del servicio secreto se asegura también que el director general del Cesid adoptó esta dolorosa decisión tras conocer la existencia de irregularidades económicas en una empresa utilizada como tapadera por la Agrupación.
Perote se marchó de La Casa llevándose una ingente cantidad de documentos, aunque se supone que las normas internas del centro impiden la sustracción de un solo papel. Pese a ello, el servicio secreto le facilitó informes muy favorables, que le permitieron colocarse como asesor de seguridad de la empresa pública Repsol, para la que ha realizado numerosos trabajos, con desplazamientos a Libia y Argelia, entre otros países.
En marzo de este año, El Mundo difundió la existencia de una grabación sobre la visita que el ex presidente Suárez hizo en 1978 a una sede del Cesid y el centro se dio cuenta de que la bomba ambulante que era Perote estaba a punto de estallar.
Dos meses después, en mayo, el ex presidente de Banesto Mario Conde incluyó al ex agente secreto en la lista de testigos contra el Gobierno presentada ante el juez del Supremo Eduardo Moner, instructor del caso Crillón. Perote, que tiene un chalé en la urbanización Los Arroyos de El Escorial (Madrid), cerca del de los padres de Lourdes Arroyo esposa de Conde, había cambiado la amistad de Manglano por la del ex banquero.
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