Ruanda
Después del genocidio del año pasado en Ruanda, 30.000 personas están encarceladas en espera de juicio y en condiciones infrahumanas: hambre, enfermedades, nula asistencia legal. El sistema judicial ruandés está prácticamente destruido: no quedan jueces ni abogados. El Tribunal Intemacional para Ruanda sólo podrá juzgar a unos veinte acusados al año, lo que perjudicará:1. A las personas inocentes encarceladas en espera de juicio.
2. A las víctimas del genocidio y sus familiares, que verán cómo se aplaza indefinidamente el juicio de los responsables de las matanzas.
Es, por tanto, imprescindible que la comunidad internacional aporte los medios económicos y técnico-judiciales para la reconstrucción del sistema judicial ruandés y que éste pueda impartir justicia en un plazo razonable. El clima de impunidad y arbitrariedad no sólo ha contribuido a la prolongación del conflicto en Ruanda, sino que se ha extendido a Burundi, donde se está repitiendo el escenario anterior al genocidio ruandés.
Tenemos que pedir a nuestros Gobiernos que impulsen la acción de la comunidad internacional en Burundi con el envío de observadores de la ONU que contribuyan a romper la espiral de violencia en este país.-
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