"Aquí hemos establecido orden, paz y disciplina"
El presidente peruano, Alberto FuJimori, de 56 años, reelegido en la primera vuelta de los comicios generales de abril y con mayoría absoluta en el Congreso, niega que en el país andino se viva una democracia autoritaria. "Aquí no se puede hablar de autoritarismo. Lo que hay es un Gobierno que ha establecido orden, paz y disciplina. Eso es lo que permite el ambiente de resurgimiento de nuestra economía". En una entrevista con EL PAÍS en el palacio de la Plaza de Armas, algunos de cuyos salones se adornan con muebles regalados por la monarquía española a Pizarro, Fujimori admite que las relaciones con el Gobierno español no son maravillosas, aunque confía en su mejoría, y cree factible acuerdos con la Unión Por el Perú (UPP), encabezada por el ex secretario general de la ONU Javier Pérez de Cuéllar. Desaconseja el triunfalismo sobre Sendero Luminoso y anticipa que su jefe, Abimael Guzmán, morirá en la prisión del Callao, incapaz de soportar los rigores del presidio.Pregunta. ¿Es corregible su autoritarismo?
Respuesta. Bueno, yo tengo mi personalidad. No hay nada que hacer, porque ya he cumplido 56 años. Cuando estoy convencido de algo lo llevo adelante. En eso soy decidido. Flor eso se me califica de autoritario.
P. ¿Y el autogolpe de 1993?
R. La pregunta es ¿qué tipo de democracia había en Perú? ¿Acaso había un sistema en donde los principios universales de democracia funcionaban? No, en absoluto. Lo que estamos haciendo es reconstruir la democracia a niveles internacionales. Se está restableciendo el principio de autoridad.
P. ¿Le costó tomar aquella decisión?
R. Estaba decidido. Tengo la ventaja de que no tengo compromiso de ninguna especie. Si estoy convencido de que algo es positivo para el país, lo llevo adelante. Pero me pregunto de qué autoritarismo me hablan. Aquí hay plena libertad de prensa, hay plena libertad de opinión y no hay persecución política. Lo que sí hay es una persecución implacable de los corruptos. Yo no me caso con nadie.
P. Apenas cede espacio a la minoría. ¿Está dispuesto a la "magnanimidad" para atenuar su imagen autoritaria?
R. En toda democracia la mayoría es la que gobierna, pero escucharé a una oposición que no sea obstruccionista y haga aportes críticos y de sustento.
P. ¿Habrá enfrentamiento con Pérez de Cuéllar?
R. No tengo previsiones de lo que pueda hacer. Pienso que un sector de su movimiento político va a coincidir en muchos puntos con nuestro grupo en el Congreso, porque está compuesto por profesionales o, técnicos que deciden desde ese punto de vista.
P. Militares peruanos, incluso generales, fueron implicados en el narcotráfico.
R. Sí, algunos. Pero, como institución, las Fuerzas Armadas están haciendo una labor extraordinariamente meritoria contra el narcotráfico. Hay corrupción, pero es aislada. Yo me pregunto en qué parte del mundo no la hay cuando se mueven tantos millones de dólares. Perú no es una excepción, pero acá se está combatiendo de una forma bastante eficaz. En los últimos doce meses nos hemos incautado de más drogas que en los cinco último años.
P. ¿Castigó a los militares implicados?
R. Aquí se sanciona a los corruptos.
P. ¿La bomba contra un hotel de Lima significa la reaparición de Sendero Luminoso?
R. Sendero no ha sido liquidado todavía. Mientras esté con algunos elementos fanatizados van a ocurrir estos hechos. Por eso insisto en que no seamos triunfalistas. Siempre va a haber algunos bombazos, pero ellos están totalmente desorganizados.
P. ¿Está seguro de ello?
R. El 98% de la cúpula de Sendero está en prisión. Son reemplazados, pero sin la capacidad organizativa y militar de los fundadores. En algunas zonas se han detectado 60 terroristas, y en otras 50. Son elementos que se van moviendo de un lado a otro. En total no pasan de 150 o 200.
P. ¿Qué trato recibe Abimael Guzmán?
R. Está encerrado en una celda de 2,5 metros por 4,5 metros de concreto [cemento] armado. Tiene una ventanita, de 30 por 30 centímetros, con un vidrio blindado, naturalmente enrejado. Sale media hora por día. El hombre está, por supuesto, afectado.
P. Usted afirmó que moriría en tres años.
R. Bueno, claro, no creo que pueda vivir mucho tiempo en una prisión así, de máxima seguridad. El régimen es duro y es un hombre que estaba acostumbrado a la buena vida.
P. Y aquel llamamiento suyo a matar a los jefes...
R. Mucha gente estaba oprimida por los mandos de Sendero y querían acogerse a la ley de arrepentimiento. En un pueblito, cien campesinos estaban yendo de un lugar a otro cuando escucharon el mensaje de Abimael Guzmán por la radio y decidieron acogerse a la ley. Pero, como los mandos no se lo permitían, mataron al primero, al segundo y al tercero de ese grupo y se entregaron con una bandera blanca.
P. ¿Sigue convencido de que Perú puede ser líder en Latinoamérica?
R. Uno de los líderes. En las condiciones propias que tiene Perú, más la reforma y la legislación que hemos introducido, pienso que Perú puede levantar. Y ya se nota: hay control de la inflación, un crecimiento que pocos esperábamos y un flujo de inversiones impresionante para la escala de la economía del Perú.
P. ¿Se crece con déficit comercial y atraso cambiario?
R. El déficit fue, el año pasado, de 1.200 millones de dólares [cerca de 150.000 millones de pesetas]. Este año será aproximadamente 2.000 millones de dólares, en un comercio de exportación de 3.500 millones. Aparentemente es grande, pero la balanza final de pagos es equilibrada, porque hay un flujo importante de capitales.
P. ¿Todos legales?
R. Unos legales y otros ilegales. El ilegal son los mil millones de dólares del narcotráfico, que hace bajar el tipo de cambio. Se incrementan las importaciones y disminuyen las exportaciones. Es un efecto pernicioso. Pero la forma de combatir este déficit es la lucha contra el narcotráfico.
P. ¿Cómo son las relaciones con el Gobierno español?
R. No las calificaría de muy fluidas, cálidas o especiales. Son normales. Probablemente no sobresalimos como el país que mantiene la mejor relación con España.
P. No sale bien librado en los artículos de Mario Vargas Llosa. ¿Le diría algo?
R. Le diría que siga escribiendo. Soy hombre universitario y respeto la opinión de otros. La gente acaba formándose su propia opinión; ahora no es fácil manipularla, tiene más conciencia. El practica esa libertad de expresión y yo también, por eso en algunos casos soy muy duro también. Pero no he hecho mayores comentarios contra él.
P. Le comparan con el presidente argentino, Carlos Menem.
R. Hay ciertas analogías, pero también hay diferencias. Yo ingreso en la política en 1989, y el presidente Menem tiene una larga trayectoria. Pero hay ciertas analogías: somos hijos de emigrantes, somos muy francos... y la coincidencia llega hasta el extremo de que nos hemos separado de nuestras esposas y que hemos sido reelegidos en primera vuelta.
P. ¿Admite que busca unas "piernas bonitas" para casarse?
R. [Entre risas] Falta no más que Carlos Menem también. Ahí también coincidimos
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.