España investigó en mayo dos barcos acusados de transporte ilegal de mosto
La denuncia de navieros franceses e italianos contra la importación de mosto argentino en barcos que no tenían la denominación de alimentarios -es decir, transportan todo tipo de productos- provocó alarma el pasado mes de mayo. Las autoridades españolas, alertadas por Bruselas, inmovilizaron el cargamento de dos barcos denunciados mientras analizaban el producto. Una vez comprobado que era apto para el consumo, levantaron el embargo. Al parecer, la denuncia respondía más a razones comerciales que a su interés sanitario.
La denuncia se centra en la llegada a los puertos de Alicante y Valencia en los primeros días mayo de 8,3 millones de litros de mosto procedente de Argentina a bordo de los barcos San Giovanni, de la Societá Italiana per le Conducte d'Aqua, y Star Trider, con bandera de Malta, que antes de ese viaje habían usado sus depósitos para transporte de productos químicos como alcohol, queroseno y ácido fosfórico (éste se usa para algunas bebidas como las colas). Los barcos habían sido contratados por la empresa Mayorista de Vinos, de Toledo.
Medida preventiva
La Comisión Europea puso el hecho en conocimiento de las autoridades españolas. Responsables de los Ministerios de Agricultura y de Sanidad y Consumo, como medida preventiva, procedieron a la inmovilización de la mercancía. Una vez realizados los oportunos análisis y contraanálisis, tanto por los servicios de Sanidad Exterior como por el Instituto de Toxicología, se comprobó que el producto se hallaba en perfectas condiciones y que no tenía ningún problema para la salud, según fuentes de la Administración.Este extremo también fue confirmado ayer por el propietario de Mayorista de Vinos, Carmelo Baíllo, quien resaltó que la inmovilización de la mercancía le supuso un coste de 30 millones de pesetas.
En medios del sector y de la Administración se coincide en que las acusaciones de los navieros tienen como objetivo lograr que se utilicen sus barcos para estos transportes. La diferencia de recio entre el barco utilizado para la importación de este mosto se sitúa en unas seis pesetas por litro. Eso suponía un sobrecoste en el precio del transporte de casi 50 millones de pesetas. Carmelo Baíllo subrayó que los barcos utilizados limpiaron sus tanques una vez finalizado el transporte de productos químicos, por lo que el mosto no estaba contaminado.
Con una producción de menos de 20 millones de hectólitros de vino en la última campaña, España tiene este año un grave déficit en el aprovisionamiento de vinos y mostos, que está obligando a los industriales a comprar en el exterior.
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