"Los tribunales de Cuentas no entendieron nada", afirma María Corral
Un informe oficial dice que no justificó debidamente seis millones
Gastos de dos millones de pesetas en restaurantes y de cuatro millones en viajes se produjeron en 1992 en el actual Museo Nacional Reina Sofía sin que se motivasen "fehacientemente" tales gastos, según el informe del Tribunal de Cuentas presentado ayer en el Congreso. La que era directora ese año, María Corral, dijo ayer que con ese dinero se pagaron los cócteles inaugurales de las exposiciones y los viajes de los correos que acompañan las obras de arte. "Los del Tribunal de Cuentas no entendieron nada" dijo.
"No se han molestado en leerse las alegaciones", añadió furiosa María Corral. "Nos tuvieron el museo parado durante tres meses para hacerles entender algo y han enútido el informe como si el Reina Sofia fuera Tabacalera"."Son todos los gastos de cócteles de inauguración y cenas y almuerzos del museo; y están todos perfectamente justificados", dijo Corral respecto al párrafo en el que estos se citan, en el apartado de Gastos diversos: reuniones y conferencias. Los dos millones de exanúnados (eran cinco en pesetas total) "corresponden en su totalidad a facturas de restaurantes a las que no se acompaña referencia alguna a los actos concretos -expresados genéricamente en las alegaciones- que motivan estos gastos", según el informe.
Respecto a los viajes de los correos, María Corral dice que los gastos están justificados exposición por exposición. Para el Tribunal de Cuentas, de los 8 millones examinados, cuatro "corresponden a gastos de viaje y estancias, de diversas personas, sin que se aporte memoria explicativa de la relación que las une con el Centro de Arte Reina Sofía y que justifique el motivo del gasto".
La exposición de la presidenta del Tribunal de Cuentas, Milagros García Crespo, dio lugar ayer a una acalorada intervención del diputado del PP Miguel Ángel Cortés, que calificó el tema de estos gastos como "menudeos, pero muy significativos de cómo se ha gestionado ese museo" y aprovechó para decir que "produce escalofríos ver en manos de quién han estado algunas de las principales colecciones estatales".
Se refería a las irregularidades en los registros detectadas en 1992 por el Tribunal de Cuentas, con gran cantidad de deficiencias en la catalogación de las obras de arte, incluidas las más valiosas de la colección permanente. María Corral, directora desde enero de 1991 hasta septiembre de 1994, dijo que ese problema se heredó del inventario del Museo Español de Arte Contemporáneo (MEAC), cuyas obras no se terminaron de trasladar hasta final de marzo de 1992. El inventario estaba lleno de tachones y sin verificar, según María Corral, que puso como ejemplo de la dificultad el que entre las obras registradas figuraran las que se quemaron en la embajada de Berlín. "En mi etapa", dijo Corral, "se llegó a hacer el trabajo de una manera profesionalizada".Escalofríos
El portavoz del PP dijo en su intervención en el Congreso que la famosa década socialista lleva ya 12 años, 10 desde que las obras se trasladaron del MEAC al Reina Sofía. Miguel Ángel Cortés se preguntó qué se hizo durante esos diez años para que el informe del Tribunal de Cuentas se encontrase en el Reina Sofía con recuentos deficientes de los fondos artísticos, depósitos en instituciones que ya no existen, "registros duplicados de obras, obras desaparecidas o en paradero desconocido". Y su diagnóstico fue que la gestión socialista nunca se ha interesado en defender verdaderamente el patrimonio artístico, sino "en las clientelas y los cócteles en las sucesivas inauguraciones del Reina Sofía".
Corral, que fue sustituida por la ministra de Cultura, Carmen Alborch, tras un aireado enfrentamiento público, coincidió en los escalofríos con Cortés al hablar de cómo llegó el inventario a sus manos. "Da pavor lo que sucedió entre 1894 hasta que llegó a rmis manos, da escalofríos", dijo. "Pero es lo mismo que si vas al Prado o al museo de Málaga, o al de Sevilla. Está todo igual. Es un problemade los museos en general".
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.