Rehenes de una batalla
Primero cogidos por sorpresa, después temerosos ante posibles represalias, los pacientes apenas han balbuceado protestas por una guerra de la que se han llegado a declarar "rehenes". Jóvenes madres del hospital Vírgen de la Salud de Toledo han aguantado amamantar a sus recién nacidos en el transito de los pasillos por no disponer de habitaciones. Los pacientes digestivos han ido a traumatología o viceversa, por poner un ejemplo, en una dispersión obligada por el abarrotamiento del hospital, según fuentes del comité de huelga.En una habitación, donde espera su marido para ser operado, desde hace casi dos meses y con la intervención programada, una mujer clamaba ayer: "A estas alturas todavía no sabemos hasta cuándo tendremos que esperar. Le dió una trombosis, se quedó ciego ¿y quién me dice que no le repita en la espera y se quede en una silla de ruedas? ¿quién me lo asegura?". En el Virgen de la Salud la crispación entre los enfermos ayer era patente, informa Isabel Salvador.
En el Miguel Servet de Zaragoza; las camas cruzadas en. algunos despachos, ofrecen un ambiente diferente al usual, pero también carecen de todo lo necesario: timbres para una urgencia o tomas de oxígeno.
