Warner se replantea su apoyo al 'rap'

Snoop Doggy Dogg no es el nombre de un personaje de Walt Disney. Se trata de un cantante de rap sospechoso de participar en un asesinato, cuyas composiciones hablan de segar la vida de los viandantes y perpetrar episodios de sexo forzado. El gigante multimedia Time Warner apadrina la compañía de discos que distribuye estos mensajes, Interscope / Death Row, y por ello fue támbién objeto de la ira de Bob Dole. En este caso, el senador ha contado con el apoyo del ex ministro de Educación Wiiliam Bennett y de la jefa del Congreso Nacional de Mujeres Negras, C. DeLores Tucker. La presión ejercida en los últimos días sobre Time Warner está haciendo al grupo plantearse su fuerte inversión en Interscope, según informó el diario The Wall Street Journal.El llamado gangsta rap, con letras impregnadas de la violencia de los guetos negros de EE UU, es prácticamente indefendible para los ejecutivos y accionistas de Time Warner. Además, revistas especializadas y diversas emisoras de radio se niegan cada vez en mayor medida a difundir este tipo, de música.Las ventas derivadas de este género no son espectaculares, y letras como"Prefiero usar mi arma porque consigo el dinero más rápido" (Tupac Shakur) o "Su cuerpo es precioso, así que estoy pensando violarla" (The Geto Boys) consiguen armar el suficiente ruido como para que organizaciones cívicas exijan una respuesta por parte de las multinacionales.

"Time Warner no puede seguir vendiendo a nuestros hijos canciones que se refieren a nosotras como zorras y putas", dijo DeLores Tucker.