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"Me gusta ser considerada un símbolo erótico"

Amelia Castilla

Anna Galiena se despertó ayer con un ojo hinchado. La actriz italiana tenía la agenda plagada de entrevistas para promocionar Sin piel, la película de Alessandro D'Alarti que se estrena el día 16 en España, pero no suspendió ninguna cita. "Comemos algo dietético en la habitación y luego vamos a la clínica", le dijo a su representante, mientras sujetaba el parche que cubría el ojo enfermo. Galiena, considerada como un símbolo erótico tras su trabajo en El marido de la peluqera, ha sido nombrada esposa ideal en su país por su interpretación de Gina en Sin piel. La actriz, de 40 años, les ha contestado a sus compatriotas que le gusta ser la esposa ideal, pero "también quiero ser la amante ideal".Pese al percance del ojo, el humor de la atractiva actriz italiana era espléndido. Vestía unos pantalones grises de pinzas, una camiseta superescotada y unos zapatos de tacón. Manifestó su interés por el cine español aunque les haya dicho no últimamente a Imanol Arias y a Pedro Almodóvar. "Espero tener una segunda oportunidad con Almodóvar", dijo. "Cuando me llamó yo tenía otros compromisos firmados y no podía dar marcha atrás. Y con Imanol, al que admiro como actor, no acepté porque me pareció que el guión no estaba a punto". La actriz niega que se echara atrás por considerar el papel demasiado erótico: "Lo erótico no me espanta si está dentro de la lógica".

Su papel en Sin piel -una guapa empleada de correos casada con un celoso conductor de autobuses, que comienza a recibir apasionadas declaraciones de Saverio, un admirador anónimo que sufre desarreglos nerviosos- no se parece en nada a su papel en la vida. "Yo soy una esposa moderna. Si recibiera tiernas declaraciones de amor, lo hablaría inmediatamente con mi marido. Él no es un tipo machista como el marido de Gina", dice Galiena en perfecto castellano.

Galiena reconoce que, como Gina, recibe cientos de cartas de admiradores. A algunos, incluso, les reconoce la letra. Las misivas se amontonan en su casa de París, porque no tiene tiempo de contestarlas. "No me gusta que alguien envíe por mí una fotografía dedicada, prefiero responder yo".

Para su interpretación en esta película no ha necesitado ninguna aproximación especial al mundo de la locura que representa Saverio. "Mi principal trabajo consistió en aprender el trabajo de una empleada de correos. Necesité toda una semana de instrucción pero fue toda una experiencia. Ahora estoy preparada para enviar giros o pagar pensiones", aseguró ayer esta actriz, a la que le gusta ser "un símbolo erótico".

Galiena estudió en el mítico Actor's Studio y compartió pupitre con Jesica Lange y Mickey Rourke. Empezó su carrera en Estados Unidos, pero ahora no vive obsesionada "con el sueño americano". Entre sus últimos trabajos de esta actriz, que habla cuatro idiomas, se cuenta una serie televisiva sobre la Biblia, una película dirigida por el actor Klaus Maria Brandauer y otra protagonizada con Robin Willians que la productora americana ha decido congelar antes de ponerla en cartelera.

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