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Entrevista:

"En arte nada se crea, todo se recrea"

Kathleen Turner vuelve a sorprendernos. En un papel al que nadie le asociaría (salvo su director, John Waters), encarna a la madre de una familia feliz, que haciendo malabares con las necesidades caseras y las suyas propias, consigue milagrosamente que todo funcione como una máquina bien engrasada. No obstante, las aguas tranquilas son tan sólo superficiales y esconden debajo un río revuelto de secretos a voces... pequeños y sucios secretos. Mamá no es todo lo que parece ser -o tal vez sea mucho más de lo que parece ser Kathleen Turner inter preta a una maternal y retorcida asesina en serie en Los asesinatos de mamá.La actriz tiene un aspecto espléndido y se observa en ella que ha recuperado su asombrosa forma física después del embarazo. Pero aquella Mathy de Fuego en el cuerpo, es ahora muy diferente. Parece una mujer más satisfecha. Junto a ella está su marido, Jay

Wess. Los dos tuvieron problemas para casarse y la prensa amarilla de Hollywood no les dejó en paz durante meses, acusándole a él de malos tratos. Sin embargo, ahora parecen dos palomitas. Ella muestra una puerta y dice: "Allí duerme Rachel". Rachel es su hija. Dan la imagen de una familia feliz. La primera pregunta es inevitable:

Pregunta. ¿Qué le hizo aceptar el papel de serial killer (asesino en serie) en esta película de John Waters?

Respuesta. Fue el personaje mismo. Me pareció muy fuerte, muy interesante. Y también era para mí un desafío filmar con John. No estoy discutiendo si ella (Beverly) es buena o mala. Apenas podía verme a mí misma dentro del universo de Pink Flamingos o Hair Spray. Pero John insistía tanto. Me pedía que leyese el guión con cariño. Me llamaba por teléfono diariamente e insistía. Un día le dije: "Ven aquí para conversar un poco sobre tu filme. Es muy raro". Yo vivía en Nueva York y aquella misma tarde alguien tocó el timbre de la puerta de mi casa. La abrí y me encontré cara a cara con este hombre de bigote extraño y aspecto inconfundible.

P. ¿Y John fue capaz de convencerle enseguida?

R. No, enseguida no. Pero es cierto que mi extrañeza inicial fue sustituida pronto por la curiosidad. Fue como un proceso de seducción. John me seducía fuera y dentro de la película. Porque, cuando por primera vez el guión llegó a mis manos, me quedé perpleja. No sabía si tomármelo en serio o si se trataba de alguna broma enfermiza. Meses después, al conocer a John, me di cuenta que se trataba de una broma enfermiza, pero que que debía tomarlo muy en serio.

P. Hablando en serio, ¿por qué cree que la eligió a usted para el papel de Beverly?

R. Nunca conversamos directamente sobre ello. Él me quiso y ahí acaba todo. Pero estoy segura que fue por un motivo. Mi personaje cinematográfico servía para el personaje de su película. Necesitaba a alguien capaz de hacer cosas horribles, sin dejar de ser simpática para el espectador. Se trata de una mujer minuciosa y dominadora que mata a todo el mundo que perjudica a su hijo. Pero mientras estábamos trabajando no prestaba atención al humor negro tan presente en el guión: era preciso mantener mi personaje siempre, en todo momento, simpático. Solamente de esta forma la película conseguiría funcionar.

P. ¿Y funciona?

R. Oh, sí, estoy muy orgullosa de ella. Es una de las mejores cosas que he hecho hasta ahora.

P. ¿Fue una experiencia catártica? Al fin y al cabo, usted es madre...

R. Bueno, también soy hija. No, de ninguna de las maneras. Fue sólo un personaje. No veo nada mío en ella. Ocurrió lo mismo que, en Crímenes de pasión, donde no tenía que ser una campesina para poder interpretar aquel papel; o que en China Blue, en la que no tuve que liberar la prostituta que llevo dentro de mí para poder caminar por las calles nocturnas.

P. ¿La aceptación de este papel fue, a pesar de todo, una decisión muy arriesgada?

R. Toda decisión es siempre arriesgada. Y a mí me gusta arriesgarme. No soy anticonvencional como John Waters, pero el hecho de que tengamos mucha violencia en las clases medias de Estados Unidos me llamó la atención. Ya he tomado otras decisiones arriesgadas antes. Unas han sido acertadas y otras no. De cualquier manera, rehuso hacer papeles de estereotipos. Quiero hacer papeles que me gusten a mí y no que le gusten a la industria cinematográfica.

P. Usted ha trabajado con grandes directores: Coppola (Peggy Sue ... ), Huston (El honor de los Prizzi), Kasidan (Fuego en el cuerpo).

R. Y con Ken Russell también. Adoré trabajar en Crímenes de pasión, pero si quiere saber cuál ha sido mi director preferido le diré que es Kasidan. Larry es una persona fabulosa. Hicimos dos filmes juntos, Fuego en el cuerpo y El turista accidental. Fue espléndido.

P. Acaba de estrenarse como directora. ¿Soñó mucho con ello?

R. Me entrego entera al director. Quiero decir que no intento imponerme a él. Entiendo a los directores. Hice un episodio de media hora para la televisión que se titula Leslie's falling. Cuenta la historia de una mujer casada, con problemas en casa y en el trabajo. Fue muy divertido. Creé allí. escenas basadas en mi experiencia con directores: hice una escena de Coppola, otra de Rusell, otra de Kasdan. Los espectadores lo notaron cuando lo vieron.

P. He entendido que usted está de acuerdo con Quentin Tarantino. Hablando de Pulp fiction dijo que con rendía homenaje a varios directores, que la película lleva en sí los estilos de sus directores preferidos.

R. Estoy de acuerdo. En arte, nada se crea, todo se recrea.

John Waters, director de 'Los asesinatos de mama', es un bromista al que hay que tomar muy en serio"

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