Las Virtudes (y algunos Vicios)
¡Las Virtudes: vaya dos! O vaya doscientas o trescientas, por las que había en la sala pequeña del Centro Cultural de la Villa, pasándolo bien. Chicas espléndidas, madres de buen ver, hombres en sus diversas acepciones: el lenguaje de Soledad Mallol y Elena Martín -tanto monta, monta tanto-, que han hecho textos y canciones, es a Veces inventado, aveces sacado de la mismísima calle, y a veces culto, o culterano; y su combinación con esos varios lenguajes y con la coctelera de palabras es inteligente y brillante. Su filosofía es, ya se sabe, el mujerismo: decir feminismo en ese contexto sonaría a cursi, como decir progresista para hablar de, un rojo. El tema es la mujer, la burla del juego, de sociedad con la mujer en estos momentos; va más allá de lo políticamente correcto y de los porcentajes de los partidos. Se las ha visto en televisión: son iguales. Tan iguales, que montan en el escenario como un programa de televisión, incluso con pase de vídeos, con parodias de entrevistas, y de personajes fingidos por ellas. El público (¿la público?, ¿la pública?) las siguió todo el tiempo con sus risas, sus aplausos y su colaboración en los coros.
Coge el liguero y corre
Idea, guión, música, letra de las canciones y dirección de Soledad Mallol y Elena Martín, Las Virtudes. Sala II del Centro Cultural de la Villa de Madrid. 1 de junio.