"La seriedad de la plaza se la debemos al 7"
Marcelino Moronta, de 43 años, nació en Valderrodrigo (Salamanca). Es policía judicial y ahora, coordinador de contactos ciudadanos, que es una especie de relaciones públicas; también investiga delitos y faltas, lo que conlleva la detención de personas. Como presidente de Las Ventas lleva nueve años.Pregunta. Cuando preside, ¿es día de trabajo?
Respuesta. Sí. En vez de ejercer mi función habitual en la comisaría, ejerzo de policía en el palco, una misión encomendada por el reglamento.
P. ¿Qué hay que hacer para ser presidente?
R. Interesarte el aspecto policial de los toros. Hay que demostrar cierta competencia en el conocimiento de la ley.
P. ¿Qué pasa cuando el público llama tonto o sinvergüenza a un policía?
R. Llamar tonto o sinvergüenza no es delito; otra cosa es chorizo, ladrón, estafador... pero esas voces que se oyen provienen de gente indeterminada y, por tanto, no podemos diferenciar quién profiere esa injuria o calumnia.
P. ¿La policía no puede identificar a quienes toda la plaza conoce?
R. La policía tiene otras misiones más importante. Y, la verdad, que una persona llame tonto a un presidente hay que aceptarlo dentro de la función pública que desempeñamos.
P. ¿Se siente dueño de la voluntad popular?
R. Me considero ejercitante de una actividad que me está otorgada por el reglamento. No la ejerzo con prepotencia, sino como un ejecutor de la voluntad popular.
P. Pues el público nunca se queda conforme.
R. Nunca se pueden contar los pañuelos matemáticamente. Lo que hay que tener es sensibilidad taurina, saber qué público tienes, si es novillada, si hay entendidos y entonces apreciar la mayoría y valorar las circunstancias.
P. Dígame un agravante para no conceder la oreja.
R. Que esa oreja la pida un sector que viene comprado por la voluntad de un torero. El presidente tiene que captar cuándo la petición es intencionada para diferenciar lo que es el cachondeo y la seriedad.
P. ¿Y un atenuante?
R. Una petición del público cuando está frio. Ves que el torero se ha jugado la vida, pero por circunstancias no ha llegado del público; entonces inclinas la balanza a su favor.
P. ¿Indultaría un toro?
R. Me gustaría indultar un toro que demostrase su bravura sobre todo en el caballo.
P. ¿Y dar un rabo?
R. No me puedo negar nunca, pero tenía que ocurrir casi un milagro. Para que se conceda un rabo en Madrid tiene que darse una excepcionalidad en todos los sentidos, en todos los tercios. Si hay algún día ese sumum de condiciones, pues se puede dar, ¿por qué no? Como el reglamento considera ese premio, yo no me puedo negar a concederlo.
P. ¿Qué opina del 7?
R. El 7 es un sector importante, formado por verdaderos aficionados, que protestan muchas veces con razón, pero la forma de manifestarse les hace perderla. Creo que se pasan, aunque considero que la seriedad que tiene Las Ventas se la debemos al 7, no porque el presidente tenga que tener en cuenta su criterio, pero cuando tienen razón hay que dársela.
Babelia
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