El otro virus
Tras el millón de muertos del genocidio ocurrido en Ruanda hace un año, y con miles de refugiados vagando miserablemente todavía por los países cercanos, asistimos ahora a un peligroso recrudecimiento de la tensión en Burundi -entre las etnias -hutu y tutsi, las mismas que protagonizaron la tragedia en Ruanda.Mucha gente ha muerto ya asesinada en Burundi desde la ola de violencia desatada a finales de 1993 tras un intento de golpe de estado. Pero ahora el grado de violencia ha crecido hasta un nivel al que augura una catástrofe similar a la ocurrida en la vecina Ruanda si el resto del mundo no yuda a remediarlo. He tenido ocasión de leer algunos recortes de prensa de un periódico de Burundi, tutsi por más señas. Es sobrecogedor. Ya la cabecera es indicativa. En lugar de diario independiente de la mañana como en EL PAÍS, allí reza: "No olvidaremos jamás que nuestro objetivo final es echar del poder a los extremistas hutus". Sus editoriales comparan negativamente a los hutus con los animales que matan sólo por comer, ya que "... sólo los animales hutus matan por placer". Pero lo peor son las "listas de la muerte" que publican algunos periódicos amenazando a personas concretas.
En un número de marzo puede verse en una de ellas, por ejemplo, a Ernest Kabushemeye, ministro de Minas y Energía y presidente de la Unión del Pueblo Burundés. Poco después de aparecer en estas "listas de la muerte" fue asesinado.
Mucho se habla estos días del virus Ebola, surgido al parecer en Zaire. Pero, muy cerca de allí, un virus más preocupante y mortífero se va extendiendo por el centro de África: el virus de la violencia, la intolerancia y el odio. ¿Haremos algo para detenerlo?-
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