Sadam hace cambios en la cúpula del poder en Irak por temor a una conjura
Los indicios de creciente inestabilidad política en Irak se han hecho más patentes en los últimos días, después de conocerse el inesperado alejamiento del ministro del Interior y hermanastro de Sadam Husein, Wathban Ibrahim Al-Tikriti. El más reciente cambio en la estructura del poder lleva a varios analistas árabes a pronosticar que Husein adoptará nuevas medidas para contrarrestar lo que observadores árabes en Bagdad describen como una atmósfera de inseguridad, intrigas y conjura sin precedentes en la capital iraquí.
Wathban Ibrahim Al-Tikriti, miembro del clan de Sadam que lleva el nombre de su pueblo natal desempeñaba el puesto desde 1991 y era considerado como uno de los hombres de mayor confianza del presidente. Fue reemplazado por Mohammed Zemman Abdel Razzaq, también miembro del clan Tikriti y que hasta hace poco tenía el poderoso cargo de jefe del Istikhbarat, los servicios secretos de las fuerzas armadas."El cambio es particularmente significativo por cuanto se produce en medio de nuevos síntomas de intranquilidad en Bagdad", apuntó un veterano observador de la casi siempre inescrutable escena iraquí. "En Bagdad se habla de una purga inminente para desbaratar un posible compló urdido en los círculos más cercanos a Sadam", agregó. En un intento por restar credibilidad a esas versiones, el Gobierno de Bagdad anunció que el ex ministro del Interior ha sido nombrado "asesor presidencial".
A lo largo de más de dos décadas, el régimen de Bagdad ha desarticulado innumerables conspiraciones y eliminado implacablemente todo vestigio de subversión. Las especulaciones de un golpe surgen periódicamente, pero dos rumores siguen flotando persistentemente en el ambiente político iraquí: uno de ellos señala que Uday Hussein, elhijo de Sadam y mano derecha del líder iraquí, escapó milagrosamente de un nuevo atentado hace menos de un mes. Otro indica que la oposición en el exilio, alentada por la CIA, ha conseguido sentar las bases para reagrupar a los rebeldes chiíes del sur de Irak y reorganizar las guerrillas kurdas en el norte.
Una de las facciones opositoras, la encabezada por el general Wafik al-Samarai, ex jefe de los servicios secretos militares, sostiene que la erosión del poder de Sadam Husein es imparable y que ello está intensificando acciones militares contra las fuerzas del régimen. Al-Samarai, que se sumó a la coalición opositora del Congreso Unificado Nacional Iraquí tras su defección hace cinco meses, declaró hace poco que los rebeldes han pasado a la ofensiva abierta, con resultados sorprendentes en varios puntos de Irak.
La oposición está aparentemente capitalizando el descontento popular con la deteriorada situación económica de Irak, objetivo de férreas sanciones internacionales alentadas por EE UU. Según informaciones recogidas por EL PAÍS en varias capitales árabes, en algunos sectores de Irak existe la convicción de que las fuerzas opositoras han conseguido infligir serios reveses al ejército de Sadam en los últimos dos meses.
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