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28 MAYO

Aznar replica a González que España quiere "un Gobierno fuerte con una mayoría clara"

"He escuchado el clamor que hay en España para que gane el Partido Popular". Así abrió José María Aznar su último discurso de la campaña electoral. Lo cerró a medianoche con un llamamiento: "A triunfar por y para España. El resto fue una especie de confesión, a veces en tono de confidencia, ante más de 20.000 personas que abarrotaban el Palacio de Deportes de Madrid y la plaza de Felipe II, y una respuesta al anuncio de Felipe González de que seguirá al frente del Ejecutivo tras el 28 de mayo: "España quiere un Gobierno fuerte con una mayoría clara".

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Un maratón muy particular

Aznar había participado a última hora de la tarde en otro mitin en la plaza de toros de Valladolid, al que acudieron 15.000 personas. Allí pidió una victoria "casi unánime" para impedir que una alianza entre el PSOE e IU cierre a su partido el camino de alcaldías y presidencias autonómicas.En Madrid resumió en unas frases cómo ve la situación política: "No es que España no tenga posibilidades, tiene un Gobierno incapaz. No es que España sea difícil de gobernar, no tiene Gobierno. No es que España no tenga prestigio, tiene un Gobierno desprestigiado. España tiene futuro y el que no tiene ningún futuro es el actual Gobierno".

El presidente del PP presentó de nuevo la diferencia de talante con el PSOE durante estos 14 días como definitivo argumento para indecisos. Dijo que ha renunciado al discurso tópico y típico y se ha negado a entrar "en el torneo de insultos y el festival de ocurrencias" porque ha preferido construir el discurso de la serenidad y la responsabilidad. "Hemos hecho lo que mejor sabemos, servir a España". Y los graderíos atronaron, como en otros momentos del mitin, con gritos, de "¡España! ¡España!".

Acusó a sus adversarios de intentar "remover la basura hasta el último minuto", en referencia a las informaciones sobre la recomendación del entonces alcalde de París, Jacques Chirac, a favor de la empresa que instaló el mobiliario urbano de Madrid. Pero el día 28, agregó, "van a encontrar la respuesta que merecen". Antes, el alcalde de la capital, José María Álvarez del Manzano, había agradecido al presidente de su partido el que no le lea "las cartas que recibe". "No me da órdenes, porque no quiere" aseguró el alcalde.

En la onda de ganador en que se ha situado desde el primer, día de la campaña, el presidente del PP confesó que no ha trabajado "tantos años por un prurito de lucimiento personal", sino porque su partido y España "se lo merecen" e interpretó que hoy "todo el mundo quiere. escuchar al PP, todo el mundo quiere tocarlo., porque sabe que va a ser el próximo Gobierno de España".

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La euforia llenaba los graderíos del Palacio de, Deportes, convertido en una olla a la máxima presión. Después de escuchar gritos de ánimo como "Aznar, Aznar, Aznar es cojonudo, como Aznar no hay ninguno", el aludido se dejó contagiar por el clima. "¿Estais dispuestos a todos los esfuerzos necesarios para la victoria?" Sííííííí. "¿Confiáis en nosotros?" Sííííííííí. "¡Pués vamos a ganar estas elecciones!".

Para terminar, un compromiso y un descubrimiento. El líder del PP prometió austeridad en los gobiernos municipales y autonómicos. "No quiero gobernantes que vivan con holgura y ciudadanos que vivan con estrecheces. Quiero gobernantes que vivan con estrecheces y ciudadanos que vivan con holgura".

El descubrimiento, que Aznar considera "una de las experiencias más gratificantes de su vida", es el "renacer de una moral nacional", "el clamor de un pueblo que habla de honradez, de eficacia y de trabajo". Y el PP está preparado para atenderlo. porque "somos el centro", dijo su presidente, "somos la mayoría".

Antes intervino Álvarez del Manzano, que enseñó las manos y proclamó que las tiene limpias después de cuatro años de mandato. El candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, hizo un discurso reflexivo y sereno, y pidió "un voto condicionado al compromiso de reequilibrio y solidaridad que ha sido el eje de nuestra campaña".

El portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Rodrigo Rato, arrancó del público dos ovaciones atronadoras, una para Margarita González, aún en estado gravísimo por las heridas que sufrió en el atentado de ETA contra Aznar, y otra para "los soldados españoles que defienden la paz en Bosnia". También pronunció unas palabras de apoyo el presidente del Partido Popular Europeo, el ex primer ministro belga Wilfried. Maertens.

En Valladolid, el líder, del PP relató en tono enfadado que después de haber expresado su deseo de regalar una bandera española a la Guardia Civil de Quintanílla de Onésimo, -el pueblo de Valladolid donde veraneó varios años- "alguien intentó evitarlo".

Pero él, contó, detuvo ayer su coche ante, la casa cuartel, llamó a la puerta y a la persona que le abrió le entregó la bandera. "A mí no hay nadie, ¡nadie!, que me pueda impedir entregar una bandera a la Guardia Civil". El público celebró el relato con gritos de "¡España! ¡España!".

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