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Empresas familiares del consejero de Obras Públicas abastecen de material a construcciones de la Xunta

Isolina Crespo, madre de Xosé Cuiña, consejero, de Obras Públicas de la Xunta de Galicia y número dos del Partido Popular gallego, figura nominalmente como accionista de un grupo de empresas que surte de materiales de construcción a firmas adjudicatarias de proyectos del Gobierno autónomo. Las sociedades de Isolina Crespo, de 72 años, han participado de esta manera en la ejecución de algunos de los edificios más relevantes financiados por la comunidad autónoma, como el palacio de congresos y exposiciones de Galicia.

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El despegue de estas empresas, que facturan unos 2.000 millones de pesetas al año, coincide con el ascenso de Cuiña en la política regional, donde actualmente se postula como el más firme candidato a la sucesión de Manuel Fraga en la dirección del PP gallego.La familia Cuiña, de modesto origen campesino, comenzó a introducirse en el sector de. la carpintería metálica en su localidad natal de Lalín (Pontevedra) en 1971. En esos primeros tiempos era el propio Xosé Cuiña, junto a sus hermanos Eladio y Ramón, quien gestionaba directamente los negocios.

Desde la alcaldía de Lalín, Cuiña saltó en 1987 a la presidencia de la Diputación de Pontevedra. A partir de ese momento se registra un notable incremento en el volumen de los negocios familiares. Ese mismo año de 1987 Isolina Crespo se asocia con un aventajado empresario local del mismo sector, José Ramón González, para fundar la sociedad Metalúrgica del Deza (Metaldeza). La colaboración pronto se materializa en la constitución de nuevas sociedades. En 1988 nace Pumade S. A., dedicada a la venta de productos derivados de la madera.

Cuiña fue nombrado por Fraga en 1990 consejero de Obras Públicas de la Xunta y poco después secretario general del PP gallego. Este nuevo ascenso político de Cuiña va acompañado también del éxito familiar en los negocios, que en 1993 derivan en la creación de un pequeño holding empresarial.

Ese año, Pumade constituye junto a otras dos empresas de derivados de la madera el llamado Grupo Portadeza. Al mismo tiempo, se amplía de 12 a 64 millones de pesetas el capital de Metaldeza. La marca comercial utilizada desde un principio por la familia Cuiña, Inasus, se constituye a su vez oficialmente en sociedad limitada con un capital de 30 millones, que suscribe en un 99,9% Isolina Crespo, su administradora única. Un proceso análogo sigue Industrias González, la empresa original de José Ramón González, que en el mismo 1993 eleva su capital social de 3 a 54 millones.

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El palacio de congresos

En los últimos años estas firmas han abastecido de estructuras metálicas a constructoras adjudicatarias de proyectos de la Xunta. De ese modo, eludiendo la relación directa con el Gobierno autónomo, las empresas participadas por Isolina Crespo se han beneficiado con su contribución a importantes obras promovidas por la Administración autonómica. Es el caso del palacio de congresos y exposiciones de Galicia, que recientemente inauguraron los Reyes. El edificio lleva estructuras metálicas y calderería de las firmas Metaldeza e Inasus, las cuales habrían facturado en esta obra 168 y 27 millones de pesetas, respectivamente, de acuerdo con los presupuestos de la obra.

En Vigo, ambas sociedades participaron también en la construcción del recinto ferial de Cotogrande. Metaldeza facturó por este proyecto 138.662.000 pesetas e Inasus 111.141.000. Otras obras de la Administración en que este diario ha podido comprobar la participación de las firmas de la familia Cuiña son un pabellón multiusos que aún se construye en Santiago de Compostela (por el que facturará unos 60 millones, de acuerdo con los presupuestos de obra), un centro de salud inaugurado el pasado domingo por Manuel Fraga en la misma ciudad y un polideportivo en Bueu (Pontevedra).

El grupo empresarial de Lalín reconoce abiertamente su participación frecuente en obras adjudicadas por la Xunta, aunque matiza que nunca acude a concursos de la Administración. "Nosotros vivimos de suministrar a las grandes constructoras, que dependen de manera importante del sector público", explicó un portavoz oficial del grupo, "pero son relaciones que vienen de antiguo y que no obedecen en absoluto a un trato de favor determinado por los cargos públicos de Cuiña".

En cualquier caso, las empresas han alcanzado una posición de liderazgo en el sector en Galicia. Industrias González es la segunda firma de carpintería metálica de la comunidad autónoma, con una facturación de 422 millones en 1994, mientras que el grupo Portadeza, con un volúmen de negocio de 868 millones, ha cubierto un hueco de mercado, el de productos de madera empleados en la construcción, que se venía abasteciendo de firmas de otras partes de España, según la propia empresa. Inasus es la firma más avanzada tecnológicamente de Galicia en ese sector, de acuerdo con las explicaciones dadas por Cuiña a este diario. A pesar de ello, hasta el año pasado no se constituyó en sociedad limitada y funcionaba como una marca comercial propiedad de la persona física Isolina Crespo.

Por lo demás, sólo la facturación conjunta de Metaldeza en el palacio de congresos de Santiago y en el recinto ferial de Vigo (306 millones) representa más del 70% de su volumen total de negocios en 1993.

A pesar de estos resultados económicos, Cuiña insiste en que el grupo empresarial ha tenido un "crecimiento normal", que en ningún caso, dice, puede vincularse a los cargos políticos que ocupa. También sostiene que ni adjudica obras personalmente ni tiene tratos con los constructores. "Yo ni siquiera conozco a los constructores que trabajan para la Xunta. Me limito a saludarlos cuando los encuentro con motivo de las inauguraciones".

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