La subida de la lira por su posible regreso al SME impulsa a la peseta
El Gobierno de Lamberto Dini expresó ayer, por primera vez desde que llegó al poder hace cuatro meses, su deseo de reincorporar la lira al mecanismo de cambios del Sistema Monetario Europeo (SME) este año. La apreciación que registró la moneda italiana con estas declaraciones -quedó a 1.160 liras por marco frente a 1.180 del día anterior-, provocó una subida aún mayor de la peseta. La moneda española, cuya suerte en los mercados internacionales está muy ligada a la lira, se apreció un 1,5% frente al marco, que pasó a costar 86,70 pesetas frente a las 87,85 del martes.La peseta logró evitar el arrastre de la depreciación que sufrió el franco francés debido al discurso expansivo de Alain Juppé, nuevo primer ministro, la víspera. Su intención de dar prioridad al empleo volvió a poner en cuestión el compromiso de Francia con un franco fuerte. La moneda francesa cayó al mínimo desde la victoria de Chirac el 7 de mayo, 3,5660 unidades por marco.
Mejora de la deuda
A la recuperación de la peseta también contribuyeron las subidas del mercado secundario de deuda y de la Bolsa. La rentabilidad del bono a diez años bajó al 11,20% (11,36% la víspera). El diferencial con Alemania -que mide la prima que exige el ahorro extranjero para invertir en España- se mantuvo estable en tomo a los 4,5 puntos porcentuales porque la deuda alemana subió también.
Los analistas de Societé Générale creen que aún es pronto para decir si se puede consolidar el diferencial de 4,5 puntos porques "aún hay dudas sobre la actuación del Banco de España y el claro riesgo inflacionista en los meses de temporada turística". El banco central, tras dejar invariable en el 8,5% su tasa de intervención anteayer, puede aumentarla en las próximas semanas.
Mientras tanto, ayer se supo que el saldo de la deuda pública en manos de inversores no residentes se incremento en 68.000 millones de pesetas hasta los 2,72 billones, en la semana contable transcurrida entre el 12 y el 19 de mayo.
Una vez más, la mejora de los bonos europeos -salvo los franceses- vino de la mano de la bonanza que vive la deuda estadounidense. La caída de la demanda de bienes duraderos en Estados Unidos -un 4% en abril-, publicada ayer, ratifica el parón de la actividad económica en EE UU, aleja las presiones inflacionistas y alimenta las esperanzas de que bajen los tipos de interés, expectativas que aumentan el atractivo de las inversiones en renta fija. La rentabilidad del bono a 10 años cedió hasta el 6,40%, también el mínimo del año.
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