La policía alemana detiene tras 50 horas de persecución a los dos presos evadidos
Con una operación relámpago en las calles del centro de Osnabrück, en el Estado de Baja Sajonia, la policía alemana consiguió poner fin ayer a la fuga de dos peligrosos delincuentes de la prisión de Celle que habían tomado como rehén a un funcionario de la cárcel. La decisión de intervenir, después de 50 horas de persecución por las carreteras del norte de Alemania, se produjo, según un portavoz de la policía, "en vista de la conducta caótica de los delincuentes y para evitar que el rehén pudiera sufrir algún daño".Peter Strüdenger y Günter Finneisen, calificados como reclusos altamente peligrosos, fueron interceptados en un semáforo por un coche de la policía y no opusieron resistencia. Su rehén, el funcionario de prisiones Dietmar Kraft, fue liberado inmediatamente sin que sufriera daño alguno.
En las horas previas a la intervencion, la policía impuso un bloqueo informativo sobre el caso para evitar que los secuestradores pudieran recibir detalles sobre los preparativos. La persecución había sido transmitida en directo por las principales cadenas de televisión y radio. Strüdenger y Finneisen, tras hacerse fuertes en la prisión de Celle, consiguieron de la policía 200.000 marcos (unos 18 millones de pesetas) y un potente vehículo Porsche 928, capaz de circular a más de 250 kilómetros por hora. Desde primeras horas del lunes, y con el funcionario como rehén, vagaron durante horas sin aparente rumbo fijo. y en la madrugada del, martes abandonaron el vehículo deportivo y robaron un Golf GTI de un área de servicio de la auto pista.
Conducta errática
La policía confiaba en detenerlos después de que quedaran agotados, como había hecho en anteriores casos similares, pero los agentes se mostraron sorprendidos por la resistencia de los secuestradores, que pasaron casi tres días sin dormir. Las fuerzas de seguridad temían que los reclusos estuvieran bajo los efectos de alguna droga, ya que ambos son adictos por vía intravenosa y portadores del virus del sida.
Su conducta errática fue el factor determinante para la actuación policial. Con el último automóvil robado, los dos delincuentes abandonaron su anterior conducción rápida pero segura e iniciaron las maniobras arbitra rias, circulando por dirección prohibida y por los carriles para bicicletas. Además, comenzaron a arrojar por la ventanilla los billetes del botín que consiguieron.
"La intervención era urgente mente necesaria; si no, el caso hubiera escapado a todo control", aseguró un portavoz de la policía que calificó la operación como "afortunada". La orden de actuar sobre los fugitivos fue tomada dos horas antes de que el coche fuera interceptado, tras confirmar que los reclusos ha bían comprado cajas de cerillas, .baterías, cables y cuerdas en el transcurso de una de sus múltiples paradas.
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