Niño de la Taurina: "Estoy muy visto"

Carlos Collado Niño de la Taurina dispone esta tarde de la primera de sus dos ocasiones en la feria de San Isidro, a la que llega con las ideas muy claras: "Tengo que triunfar de una vez, porque ya estoy muy visto en Madrid y no quiero que los aficionados se cansen de mí". Nacido en Santa Olalla (Toledo) hace 25 años, está anunciado en el abono con dos ganaderías duras, la de Conde de la Corte, hoy, y la de Celestino Cuadri.Para Niño de la Taurina no es ningún inconveniente lidiar toros de este tipo, como explica: "Quizás en otras plazas podría quejarme, pero no aquí porque Madrid es muy torista y sus aficionados entienden las mayores dificultades de estas ganaderías y te valoran más

Tras el piropo al público madrileño, viene la reflexión: "Además, como me encuentro en mi mejor momento, podré reconquistar a este público, ante el que reconozco no he dado la talla como matador".

Sí la dio en sus tiempos de novillero puntero, cuando hizo el paseíllo en multitud de ocasiones -incluso una de ellas actuando en solitario- y logró salir a hombros dos veces. "Me puse el listón muy alto entonces", recuerda, "y luego ya no me rodaron igual las cosas". Aunque añade que, pese a ello, jamás renunció a venir a dar la cara, ya que desde su doctorado en 1990 no ha faltado a ningún San Isidro y ha hecho el paseíllo muchas otras tardes fuera de feria: "Sería un ingrato si me resistiera a venir a la plaza a la que le debo todo".

Precisamente por haber salido al ruedo venteño en tantas ocasiones es por lo que le preocupa el posible cansancio de la afición respecto a su persona: "Es lógico, porque aunque nunca pegué un petardo, ya que he obtenido varias orejas, e incluso me he llevado algunas cornadas, la gente puede pensar que he tocado techo y que ya nunca voy a ser capaz de volver a abrir la puerta grande". En eso confia ahora, con una divisa cuyos toros ha matado en varias ocasiones y "que aunque son duros se prestan bastante al lucimiento y no sólo en banderillas".