"Hoy me tocan tres orejas y en la siguiente corrida, cuatro"
Domingo Valderrama lleva una carrera meteórica en Madrid
En la feria de Otoño del año pasado cortó una oreja; hace algo más de un mes, el domingo de amos, dos. "Está claro que hoy me tocan tres rejas y en la siguiente corrida, cuatro", comen Domingo Valderrama, último torero en salir por la puerta grande. Cumple todos los requisitos para ser triunfador de la feria. No sólo se gana de salida las simpatías del público al atreverse, desde su baja estatura, a enfrentarse a los toros más grandes, sino que luego es capaz de someterlos y torearlos.
Ayer llegó a las tres de la madrugada, desde Dos Hermanas (Sevilla). Allí compartió cartel con El Cordobés y Adolfo de los Reyes. No se lo tomó como entrenamiento, porque Dos Hermanas le pilla al lado de casa y la proximidad le crea ilusión y responsabilidad. "Claro_que hay diferencias entre lo que se mata por ahí y lo que sale en Madrid, pero nunca hay que confiarse. A veces uno ve afeitados, pero no tantos como parece".En Sevilla también dejó a su padre hospitalizado con una úlcera. Hoy le va a brindar un toro; sabe que le verá, porque' tiene televisión en la habitación. Los dos están convencidos del triunfo. "Han sido muchas horas en el campo toreando de salón y entrando a matar al carretón", dice Valderrama. "En Madrid todo hay que hacerlo muy bien. Con cuatro cositas no se triunfa en Las Ventas. Se dice lo contrario" pero no es verdad. Para triunfar tienes que hacer vibrar al público de principio a fin durante la faena".
El año pasado toreó los miuras -uno le dio un revolcón impresionante-; hoy, los del Conde de la Corte -"algún día tienen que romper en Madrid", dice-, y el 8 de junio le tocan los de Dolores Aguirre, -"de gran cartel en Las Ventas"- O sea, que está satisfecho, con lo que le han de jado.
"Todas las corridas son duras en Madrid, hasta la mismísima de Juan Pedro Domecq si viniera a la feria", comenta Valderrama. El toro, sea de una ganadería o de otra, es un animal que sólo se diferencia por el encaste y embiste o no embiste. Si acomete al engaño, fenomenal; de lo contrario uno tiene que demostrar que sabe estar en el sitio".
Este año tiene dos corridas. Muestra su satisfacción por ello: "La doble oportunidad no significa que pueda estar más cauteloso hoy, nada de eso. Si el toro me coge, mala suerte, pero si no embiste, habrá otro día para intentarlo. Eso es lo importante".
Valderrama, de 24 años, aún no vislumbra sus límites: "Hace dos años toreé 16 corridas; el pasado, 25, y éste, ya veremos, pero después de haber estado en Castellón, Zaragoza, Sevilla y Madrid, la cosa no va mal. Sin embargo, y ésa es otra equivocación de la gente, por triunfar en San Isidro no firmas 40 corridas. Para torear y ganar dinero, las orejas hay que cortarlas todos los días".
Babelia
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