La población de Sarajevo no confía en el apoyo los 'cascos azules'
ENVIADOESPECIAL "No espero nada de los cascos azules, porque ellos también tienen miedo de los serbios. Para lo que hacen, es mejor que se vayan". Trazsa, propietario de una pizzería en Sarajevo, juzga así la impoencia de la ONU en la capital bosnia, donde por segundo día conseutivo se registraron violentísimos combates artilleros. La perma-
ncia del contingente militar de las Naciones Unidas se hace cada
z más insostenible. El secretario general de la ONU, Butros Butros-Gali, se ha declarado. partidario de una reducción. La OTAN tiene casi terminado un plan de retirada de las tropas.partir de mediodía de ayer, sitiadores serbios y defensores bosnios musulmanes se enzarzaron de nuevo en un cruce de armas pesadas, esta vez en su línea de confrontación en la montaña Trebevic, que domina el flancosur de la ciudad.
Los cazabombarderos de la OTAN llegaron rápidamente y cumplieron el ritual de sobrevolar repetidamente Sarajevo para comprobar nuevamente, 24 horas después, cómo caían del cielo cientos de proyectiles cada hora. Los incidentes de ayer produjeron al menos 17 heridos, entre ellos un soldadoruso, grave, y otro francés. El martes, la capital bosnia, donde el reloj de la historia vuelve a dar marcha atrás, soportó los choques artilleros más violentos en dos años, que dejaron sin vida a cinco civiles y malheridos a una treintena.
De nuevo serbios y bosniosestán empleando morteros, cafiones antiaéreos, ametralladoras y piezas fijas de grueso calibre, en una exhibición más del definitivo pase a la historia de la denominada zona de prohibición de armas pesadas, 20 kilómetros en torno a la capital. A las cinco de la tarde se combatía a lo largo de la línea de separación de los dos ejércitos en la montaña de Trebevic, en las opuestas colinas de Debelo Brdo y, como la víspera, en el cementerio judío, en el centro de la ciudad. El portavoz de la ONU en Sarajevo admitía que "nos tenemos que limitar a observar".Más de 1.500 impactos
En los enfrentamientos del martes, las Naciones Unidas contabilizaron más de 1.500 impactos artilleros en unas pocas horas. Los serbios asaltaron dos depósitos de armas pesadas vigilados por cascos azules y utilizaron morteros allí almacenados. Expertos militares de la ONU creen que en la batalla del martes los serbios han conquistado tres posiciones artilleras a sus enemigos en la colina de Debelo Brdo.
La OTAN y las Naciones Unidas están de nuevo a la greña por lo que está ocurriendo en la capital bosnia durante las últimas 48 horas. Ambas organizaciones parecen arrastrarse irremisiblemente, la una a la otra hacia abismos de falta de credibilidad. El anuncio hecho el martespor el secretario general la ONU, Butros Butros-Gali, de que pedirá al Consejo de Seguridad una reducción y un reagrupamiento de las fuerzas de interposición fue ácidamente respondido ayer por el secretario de la Alianza Atlántica, Willy Claes.
El plan de retirada elaborado por la OTAN -su nombre de código es 40104- está hecho, y en sus 1.500 páginas y 24 apéndices se contempla un panorama que, dicen los expertos, ha dejado atónitos a los gobernantes que tendrían que dar luz verde a su ejecución: 45.000 soldadosequipados para el combate tendrían que sacar de Bosnia con fórceps a otros 25.000, a través de dos únicos puertos en Croacia y carreteras a menudo impracticables. La logística de la operación y sus posibles consecuencias son de las que hacen encanecer a militares y políticos. Quizá por eso Claes dijo ayer que una eventual retirada sólo contribuiría a una profundización de esta intratable crisis. En ausencia de progresos políticos, para la OTAN la única receta en este momento pasa por utilizar disuasoriamente a la aviación.
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