La idea de unir la UEO con la Unión Europea divide a los 10 países miembros

El titular español de Exteriores, Javier Solana, se sumó ayer a las voces que piden que las fuerzas de la ONU estén autorizadas a defenderse con mayor contundencia de sus agresores. "Hay que reconsiderar el mandato para que los cascos azules puedan defenderse mejor", declaró. "Incluso si se van, hay que cambiarlo para que su salida sea ordenada". Solana insistió en que los 1.400 hombres de la Agrupación Galicia siguen haciendo una labor muy útil".Si los resultados de la Conferencia Ministerial de la UEO, que se celebró ayer en Lisboa, se juzgasen por la asistencia de los ministros de los diez Estados miembros, ésta sería un fracaso. No acudieron los titulares de Exteriores de Francia, Alain Juppé; del Reino Unido, Douglas Hurd, y de Alemanía, Klaus Kinkel, los tres países miembros que pertenecen además al llamado Grupo de Contacto sobre la ex Yugoslavia. Es más, Hurd estuvo ayer en París para hablar con Juppé de Bosnia. Esta triple ausencia fue considerada como un desaire.

Antes de que se iniciase el consejo ministerial, las delegaciones de España, Francia e Italia firmaron la creación de la Eurofuerza. Operativa Rápida y de la Fuerza Marítima Europea para llevar a cabo misiones humanitarias y de interposición. La iniciativa suscitó algunos recelos del Reino Unido, cuyo secretario de Defensa, Malcolm Rifkind, dvirtió que ambas "deben estar también a disposición de la OTAN sin que la UEO tenga prioridad alguna" para su utilización. El Consejo de la UEO adoptó varias decisiones tendentes a reforzar la capacidad operativa del pilar de defensa europeo, según anunció el ministro luso Joáo Duráo Barroso. Entre ellas, el incremento de la dotación civil y militar de la secretaría general, que asciende por ahora a 140 personas, la creación de una célula de inteligencia y la transformación del centro de satélites de Torrejón (Madrid) en un órgano permanente.

La financiación de este salto cualitativo dio lugar a un agrio debate. España preconizó que la aportación de cada socio fuese proporcional a su producto nacional bruto, un criterio que rechazó Alemania porque, explicó el viceministro Helmut Schaefer, haría pasar su contribución del 16% al 28%, mientras la de España se reduciría del 12,7% a un 8%. Al final, se mantendrá el actual sistema hasta 1997.

El comunicado final del Consejo de Ministros encarga a España que elabore un documento que constituirá la aportación de la UEO a la Conferencia Intergubernamental de 1996, que deberá poner al día el Tratado de Maastricht. En cuanto presida la organización defensiva, a partir de julio, la diplomacia española pondrá en circulación un borrador que, tras recoger las observaciones de los socios, deberá ser aprobado por la Conferencia Ministerial de la UEO, a celebrar en Madrid en noviembre.

La labor española de síntesis no será fácil. "Una UEO totalmente integrada en la Unión Europea no es posible en un futuro previsible", declaró Rifkind, oponiéndose así a la tesis española de una fusión a medio plazo entre arribas instituciones. Portugal se alinea con el Reino Unido.

En el otro bando, junto con España, figuran los miembros fundadores de la Comunidad, encabezados por los Países Bajos. Con más o menos prisas, todos desean que la UE absorba a la organización defensiva.

El titular español de Exteriores, Javier Solana, se sumó ayer a las voces que piden que las fuerzas de la ONU estén autorizadas a defenderse con mayor contundencia de sus agresores. "Hay que reconsiderar el mandato para que los cascos azules puedan defenderse mejor", declaró. "Incluso si se van, hay que cambiarlo para que su salida sea ordenada". Solana insistió en que los 1.400 hombres de la Agrupación Galicia siguen haciendo una labor muy útil".Si los resultados de la Conferencia Ministerial de la UEO, que se celebró ayer en Lisboa, se juzgasen por la asistencia de los ministros de los diez Estados miembros, ésta sería un fracaso. No acudieron los titulares de Exteriores de Francia, Alain Juppé; del Reino Unido, Douglas Hurd, y de Alemanía, Klaus Kinkel, los tres países miembros que pertenecen además al llamado Grupo de Contacto sobre la ex Yugoslavia. Es más, Hurd estuvo ayer en París para hablar con Juppé de Bosnia. Esta triple ausencia fue considerada como un desaire.