Hacienda dice que los populares "son muy comprensivos con los defraudadores fiscales"

La reforma del impuesto sobre la renta propuesta por el Partido Popular se concreta en que los declarantes de rentas más bajas pagarían una media de 6.139 pesetas más que ahora; mientras que aquellos que más rentas declaran se beneficiarían de. una rebaja media de 5,8 millones de pesetas al año.El debate político sobre la reforma fiscal escaló ayer un peldaño más al, pedir el ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, al líder de la oposición, José María Aznar, que acepte las críticas, pues "es« una práctica inaceptable decir que los que se opónen a su propuesta están enfangados en el fraude", afirmó.

La baja de impuestos prometida reiteradas veces por José María Aznar desde que hizo público su programa electoral no tiene el carácter general con que el PP la ha presentado si se hacen los números con detenimiento.

A los perceptores de rentas más bajas la cuota a pagar les re sultaría superior a la actual, si a la prometida baja de la tarifa se le suma la desaparición de la mayor parte de las deducciones que ahora existen y que el PP quiere eliminar "para racionalizar y simplificar el impuesto", según los expertos de ese partido.Reducción testimonialLa reducción de impuestos, para los tramos a partir de los que se produce, sería muy testimonial para rentas inferiores a los 10 millones de pesetas; oscilando entre un mínimo de 4.000 pesetas de rebaja y un máximo de 110.000 pesetas para aquellos que declaran entre cinco y 10 millones.

El grueso de la reducción impositiva se centra, en consonancia con la intención- declarada del PP, de "fómentar el ahorro y la inversión" en quienes tienen niveles -de renta mayores:- por encima de 10 millones de pesetas de base impónible.

Algo más de 86.000 contribuyentes, que, el año pasado declararon rentas de entre 10 y 25 millones, verían bajar sus impuestos, como media, un millón de pesetas. Las 10.000 personas que reconocieron ganar más de 25 millones en 1993 verían rebajados sus impuestos en casi seis millones de promedio.

"La reducción propuesta por el PP para los mayores contribuyentes es superior a la renta media total declarada por el 95% de quienes hacen la declaración de la renta", dijo ayer el secretario de Estado de Hacienda, Enrique Martínez Robles, explicando de esta forma cómo la reforma del PP rompería totalmente la progresividad del impuesto.El secretario de Estado de Hacienda señaló que "el PP es muy comprensivo con la, defraudación a Hacienda" y que su presidente "se muestra partidario de una regularización fiscal para los titulares de cesiones de crédito, primas únicas y facturas falsas de IVA, cuando es, al menos en esta última cuestión, donde está claro el ánimo de defraudar".

Para Martínez Robles, "el PP está asumiendo una responsabilidad peligrosa, pues decir que el fraude es muy grande porque los impuestos son muy altos es comprender a los defraudadores".

"Los responsables políticos lo que tienen que decir en este momento es que hay que pagar los impuestos, no que los van a bajar cuando lleguen al Gobierno", dijo, negando además que los tipos del impuesto sean altos, ya que el tipo efectivo está en el l6,l3%" y el peso del IRPF` y el impuesto sobre el patrimonio sobre el PIB es del1 1,66% en España y del 13,65% en la Unión Europea". La virulencia de la respuesta del PP, según Solbes, inclina a pensar que "debe ser verdad esa opción fiscal de albarda sobre albarda". En su opinión, lo que se propone el PP no es . sólo bajar más los impuestos a los ricos que a los pobres, sino además, "a través de la eliminación de desgravaciones, perjudicar también más a las rentas más bajas".Cheque en blanco

En cuanto a la afirmación del numero dos popular, Francisco Álvarez Cascos, de que quien quiera conocer al detalle la propuesta fiscal debe esperar a que el PP gobierne, Solbes dijo que les intolerable que pidan un cheque en blanco, porque el modelo democrático implica una oferta electoral previa".

El resultado final de la reforma propuesta por el PP es, como se aprecia en el cuadro, la drástica reducción de la progresividad del impuesto y la desaparición de cualquier consideración a las condiciones específicas de los contribuyentes considerados de forma individual.

Las cifras son terminantes: de, los 12,7 millones de personas que presentaron su declaración en el ultimo ejercicio 600.000 contribuyentes se verían favorecidos por una reducción. de sus impuestos que representaría 198.000 millones de pesetas, más de la mitad de lo que se dejaría de recaudar. Por el contrario, 11 millones de contribuyentes, donde se concentra la mayor parte de la recaudación global por IRPF, se tendrían que repartir el resto en una distribución claramente desigual.