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José Fernández, "agente comercial'

José Fernández Martín, de 59 años, a quien el guardia civil Rafael Ferreras atribuye la iniciativa para traficar con plutonio, se define a sí mismo como "un simple agente comercial", colegiado, dedicado a comprar y vender maquinaria y fincas, sin relación con servicios de información o policiales de Alemania.Ni en él Colegio de Agentes de Comercio de Madrid ni en el Consejo General de Colegios de Agentes Comerciales han podido confirmar a este periódico que exista algún colegiado con el nombre y la edad de José Fernández.

Fernández Martín aseguró a EL PAÍS el pasado 20 de abril que su participación en lo que ha terminado por ser el escándalo del plutonio fue marginal Y casual. Según sus- explicaciones, en febrero de 1994 se limitó a contactar con el empresario vasco Javier Bengoechea para adquirir cuatro helicópteros rusos encargados por una empresa dedicada a la atención automovilística. La operación ascendía a unos 20 millones de dólares (unos 2.400 millones de pesetas).

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Declaración a puerta cerrada

En julio de 1994, siempre según su relato, se trasladó a Múnich en compañía de Bengoechea para concretar el negocio. Allí conoció a Julio Oroz -a quien conoció como El ruso-, al colombiano Justiniano Torres y a Rafael Ferreras. Tras dos días de estancia en el hotel Excelsior de Múnich, y al ver que no se cerraba la operación abandonó la ciudad sin problemas.

La versión de Fernández Martín choca frontalmente con la realizadas por Rafael Ferreras y por Javier Bengoechea. Ambos aseguran que el agente comercial habló con ellos de plutonio. Fernández Martín, si embargo, coincide con Bengoechea en un punto. En su opinión todo fue un montaje y "a Bengoechea lo pillaron como conejo de Indias".

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