Declaración a puerta cerrada
El agente secreto Rafael Ferreras Fernández, testigo estelar del caso del contrabando de plutonio, disfrutó de total anonimato en su comparecencia ayer ante el tribunal de Múnich que juzga a los tres españoles detenidos por implicación en la trama declaración de Rafa se produjo de forma, voluntaria, ya que, según la legislación alemana, los ciudadanos extranjeros no, están obligados a declarar.
A pesar de la publicación de la fotografía del agente en el número de ayer de EL PAÍS, el juez que preside las sesiones, Hainz Allert, decidió que Rafa declarase puerta cerrada para preservar su identidad y protegerle "ante las numerosas amenazas que se han recibido contra él y su familia".
A mitad de la comparececia, los fiscales que ejercen acusación se afanaban por conseguir una fotocopia de fotografía publicada y, tras obtenerla de los periodistas que siguen la sesión, volvieron a entrar apresuradamente para compararla con el testigo.
El ex guardia civil llegó primera hora de la mañana edificio de la Audiencia muniquesa y aparentemente fue introducido a través del garaje en un vehículo BMW con cortinas, que permanecieron cerradas mientras el portero d edificio no acertaba a abrir barrera.
Otro miembro de los servicios secretos, que debía haber declarado en la sesión de ayer fue protegido con similar medidas, en este caso para preservar su identidad y "no ser desenmascarado con vistas a operaciones futuras".
El BND había permitido declaración de ambos agentes bajo la condición de que s testimonios fuesen recogida puerta cerrada.
Rafa tampoco pudo s obligado a declarar sobre cuestiones personales o su actuación en otras misiones. Sin embargo, facilitó voluntarimente la información sobre modo en que entró en contacto con los servicios secreto alemanes, y respondió a todas las preguntas que le fueron formuladas por el tribunal.
