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DE COPAS EN AUTOCAR.

F. Javier Barroso

Hace medio mes que el 90% de los ciudadanos de la región que viven, fuera de Madrid puede salir las noches de los viernes y sábados sin necesidad de coger un coche. El Consorcio Regional de Transportes ha aumentado a 22 las líneas de autocares nocturnos regionales, que se suman a la oferta de búhos que recorren la ciudad. Las líneas regionales y las locales comparten problemas clientela. El servicio no está pensado sólo paria los jóvenes, sino también para los trabajadores nocturnos. Éstos suelen ser pacíficos, pero algunos jóvenes se niegan a pagar o vacían su borrachera en el autobús. En las dos semanas que lleva funcionando el servicio regional, sólo se ha producido un "incidente" en una expedición, según el consorcio. EL PAÍS se ha subido en varios autocares para saber qué pasa en su interior.

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Vomitonas con destino Móstoles y Alcorcón

Rapidez y puntualidad son las dos notas características de la línea nocturna N-51, de la empresa De Blas, que une Alcorcón (144.850 habitantes) y Móstoles (199.000 habitantes) con Madrid. Estos autobuses nocturnos salen a las horas en punto de Móstoles desde la una hasta las cinco de la madrugada. En el sentido Madrid-Móstoles las salidas se realizan a las horas y media y su primer servicio es a la una y medía de la madrugada.La demanda en estos autobuses se mantiene de lunes a, jueves y aumenta hasta duplicarse e incluso triplicarse viernes y sábados. En estos días el servicio se refuerza con uno y dos autobuses, respectivamente. Además, son también los fines de semana los que acaparan los problemas. Según el conductor titular de la línea N-51, Obdulio Díaz, son frecuentes los gritos- los vómitos y hasta fumar dentro del vehículo. Entre el equipamiento de los autobuses se encuentra el serrín para secar los vómitos y una emisora conectada. con las cocheras de los autobuses y con la policía.

Según Obdulio Díaz, "los fines de semana se pasa mal porque la gente no respeta ni al conductor ni al autobús. Además, cuando la cosa se pone muy mal tenemos que llamar a la policía. La situación entonces se complica". Durante la semana, según este conductor de De Blas, se suele ir "en familia".

El trayecto Príncipe Pío-avenida de la Constitución, en Móstoles, tarda en hacerse a estas horas de la madrugada tan sólo 25 o 30 minutos. El velocímetro rara vez baja de los 100 kilómetros por hora. La poca circulación permite que estos búhos cumplan siempre los horarios fijados.

En Príncipe Pío, un viernes cualquiera la fila de personas puede tener más de 200 individuos. Estos esperan ansiosos un medio de transporte que les devuelva a sus domicilios. Los dos autobuses que prestan el servicio se llenan con rapidez y atropello. Cuando el reloj ha recorrido media hora se cierran las puertas con dificultades.

Mientras los vehículos tragan kilómetros, entre sus usuarios se mezclan trabajadores y jóvenes. Éstos tienen un comportamiento diferente. Se apoltronan en su asiento y duermen hasta el final. Es más, cuando llegan al destino, algún pasajero tiene que avisar incluso que se ha llegado al final del trayecto. Otros aprovechan los 30 minutos de viaje para. terminar de leer algún libro sin que les molesten las risas y los gritos de otros.

Las pandillas de jóvenes son las que dominan la situación. Cuatro o cinco muchachos vuelven de Madrid después de haber visitado varios locales de moda. Bromas, chistes y golpes suaves son los ingredientes de estos grupos nocturnos.

Poco a poco, y según van pasando las paradas, los coches se van vaciando. San José de Valderas, avenida de Lisboa y Renfe Alcorcón son las paradas de las que los viajeros alcorconeros disponen para llegar a su destino.

La avenida de Portugal y el paseo de Goya marcan en Móstoles el final de trayecto.

La tranquilidad después de la marea se hace de nuevo en los modernos autobuses nocturnos. Ahora sólo queda el viaje de regreso. Menos personas, todas sentadas, y más tranquilidad son los elementos que se mezclan en este recorrido.

Una vez en la estación de Príncipe Pío, el follón volverá a comenzar hasta que se oiga "final de trayecto" y, con la salida del sol, empiece el servicio diurno.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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