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Los tentáculos del cemento

Las obras de infraestructuras pretenden situar a Euskadi en uno de los ejes de desarrollo europeo

Alfonso Guerra estaría encantado en el País Vasco. En este decenio de final de siglo, a Euskadi le puede acabar pasando lo que en la jerga guerrista se acuñó con la famosa frase: "A este país no le va a conocer ni la madre que lo parió" . Los especialistas en preparar elecciones están llenando las carteras de los políticos con un cúmulo de maquetas y proyectos de infraestructuras hechos realidad o a punto de inaugurarse, como ocurrirá mañana con la autopista de Leizarán.Aunque sólo en Vizcaya el déficit en infraestructura viaria ronda los 250.000 millones de pesetas y en materia hidráulica se dispara hasta los 300.000 millones para toda la comunidad, las inversiones de las diputaciones, fundamentalmente, y de las administraciones central y vasca han puesto los cimientos y el primer piso para convertir al País Vasco en uno de los polos de atracción del Eje Atlántico.

Las directrices de ordenación territorial (DOT), aún no aprobadas, muestran que en este intento de convertir al País Vasco en una auténtica rótula de articulación entre el Eje Atlántico y los espacios más dinámicos de Europa habrá que acometer un "conjunto de operaciones de infraestructura de amplio alcance". Junto a eso, se considera inaplazable integrar "eficazmente" el propio sistema polinuclear vasco de capitales, según Alfonso Vegara, arquitecto urbanista. Vegara ha sido además el coordinador del equipo que ha puesto en manos de políticos y técnicos vascos una ambiciosa herramienta de trabajo como las DOT, premiada recientemente en Europa, pero muy cuestionada desde las esferas nacionalistas entronizadas en las diputaciones.

El anterior consejero de Transportes y Obras Públicas y candidato del Partido Nacionalista Vasco (PNV) a diputado general por Vizcaya, Josu Bergara, no oculta su desacuerdo con la actual redacción. La considera más un "plan que determina hasta las últimas consecuencias todas las utilidades de los suelos de la comunidad autónoma que unas meras normas generales, que es lo que deberían ser".Competencias internas

Y las diputaciones tienen mucho que decir en materia de infraestructura viaria e hidráulica. Desde que se aprobó, en mayo de 1981, el concierto económico, son las responsables en materia tributaría, y, desde noviembre de 1983, las encargadas de "la planificación, proyectó, construcción, conservación, modificación, financiación, uso y explicitación de carreteras y caminos", según se refleja en el artículo 7.8 de la Ley de Territorios Históricos (LTH).

Esta norma no sólo fue el detonante de la escisión en 1986 del Partido Nacionalista Vasco (PNV), sino que determina el reparto de poder y competencias en una comunidad salpicada ahora más que nunca por el fantasma de la desvertebración. Si no hubiera sido por esa redistribución interna de competencias, los diputados forales se habrían convertido probablemente en una famélica sombra de otros tiempos inaugurando frontones en vez de pantanos.

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En algún libro editado por el Gobierno vasco, y en un claro afán humanista, se señala que hay que planificar y construir para las personas. Los ecologistas no han leído el desiderátum gubernamental, pero creen que buena parte de las obras de infraestructura que emergen a lo largo y ancho del País Vasco se han realizado a espaldas de las personas. Los Verdes creen inaplazable un debate público serio sobre medios de transporte que oriente las necesidades de desplazamiento hacia un modelo que reduzca el consumo de energía, la contaminación atmosférica y el ruido.

Mientras tanto, se sigue construyendo. Durante la última legislatura (1991-1995) se han puesto los cimientos de esa rótula que pretende situar al País Vasco en una de las lenguas de desarrollo de la UE.Los centenares de kilómetros de asfalto, las rotondas y los diversos viaductos y corredores han renovado la red de carreteras de la comunidad autónoma abriéndola hacia Cantabria, la meseta, Navarra y La Rioja. En materia ferroviaria, el tramo Bilbao-Vitoria de la Y vasca, proyecto que en su conjunto supondrá un desembolso de 333.663 millones de pesetas, ha sido incluido entre las 11 obras prioritarias del Plan Director de Infraestructuras de la Administración central.

La importancia de las empresas vascas de máquina herramienta, concentradas en el valle del Deva (Guipúzcoa), y la necesidad de conectar con los ejes transeuropeos París-Madrid-Lisboa han animado al Ejecutivo vasco a adjudicar a finales de este año la concesión de la autopista de peaje Urbina-Malzaga, un tramo de 44 kilómetros que enlazará Vitoria y San Sebastián y que costará entre 85.000 y 105.000 millones de pesetas. La complicada orografía convertirá a esta autopista en la más cara de las construidas en España.Agua y aire

A la red terrestre hay que sumar la ampliación del puerto autónomo de Bilbao, la obra de infraestructura portuaria más importante que se está realizando en Europa, con un presupuesto cercano a los 35.000 millones, de los que 11.404 ya eran obra certificada a finales de febrero pasado. Los trabajos estarán concluidos para 1997 y permitirán disponer al primer puerto de España de 1,5 millones de metros cuadrados de nuevas superficies y un kilómetro más de muelles, con calados en torno a los 20 metros.

Por el aire, las cosas también se mueven: la nueva terminal de Sondika (Vizcaya), con la reconocida habilidad del arquitecto Santiago Calatrava y los 8.000 millones de la Administración central, será la respuesta necesaria a las necesidades de un aeropuerto que igualó en 1994 en tráfico al de Sevilla.

Desde el 26 de noviembre de 1988, la ciudadanía del Gran Bilbao ha soportado de manera muy especial una obra que ha corroído sin pausa el subsuelo de la margen derecha de la ría del Nervión.

El metro de Bilbao pretende, con sus 90.000 millones de pesetas de inversión, reducir el tráfico individual en la urbe en un 15% y puede servir para que, en un futuro, prenda la campaña de sensibilización que ya recorre Europa en favor de la peatonalización de los cascos urbanos. Un deseo que rebajarían las frías estadísticas que recuerdan que en España mueren al año más de 1.000 peatones atropellados y 15.000 sufren graves heridas.

La autovía de la discordia se abre mañana

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