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Los americanos dan la espalda al último filme de Marlon Brando

La película, 'Don Juan de Marco' es una romántica celebración de la locura

En los primeros minutos del regreso de Marlon Brando a un papel sustancial después de cinco años (es decir, sin contar Cristóbal Colón, el Descubrimiento), el actor, de 71 años, convence a Johnny Depp para que no se quite la vida arrojándose al vacío desde una azotea.Don Juan De Marco, una romántica celebración de la locura, se estrenó en Estados Unidos justo una semana antes del suicidio de Cheyenne Brando. Los medios de comunicación y el público de ese país no parecen saber qué hacer con la inclasificable personalidad y el trágico destino del que es, sin duda, el mejor actor norteamericano vivo.

Hace tiempo que Brando ya no se esfuerza lo más mínimo por hacer algo más que ponerse ante la cámara y murmurar sus líneas, hasta el punto que parece que el inglés no es su idioma nativo. Pero, en Don Juan De Marco, a veces parece cobrar vida nuevamente gracias a la presencia y contrapunto que le ofrece en escena Johnny Depp. Este último ha sido descrito en una crítica como "un actor brillantemente intuitivo con fuertes nexos con el legado de Brando".Pese a la escena inicial, Don Juan De Marco no es ni mucho menos una historia premonitoria del episodio que, el pasado 16 de abril, ahondó en la desdicha personal de Brando, pero sí puede pasar a la historia como el último filme del actor, que ya aseguró que se retiraba definitivamente tras rodar El novato en 1990. Curiosamente, también entonces, tomó esa decisión después de hacer una película con un joven valor de entonces, Matthew Broderick.Improvisación

Don Juan De Marco es una comedia escrita y dirigida por un total desconocido, Jeremy Leven, y producida con un bajo presupuesto por Francis Ford Coppola a través de sus estudios Zoetrope.

Basada en el mito de Don Juan, aunque los créditos ignoran a Tirso y Zorrilla y se refieren directamente al poema de Lord Byron, la película narra la vida de un individuo (interpretado por Johnny Depp) que cree ser el clásico amante español y cuenta su particular locura a un psiquiatra a punto de retirarse (Marlon Brando). La película ha recibido tras su estreno críticas de todo signo y, por el momento, una recaudación bastante modesta.

En el papel número 370 de su carrera, el protagonista de películas ya clásicas como La ley del silencio y Último tango en París da rienda suelta a un volumen corporal que había tratado de ocultar en Cristóbal Colón, el Descubrimiento, e introduce en la historia matices de su propia cepa.

Aparte de haber accedido al proyecto gracias sin duda a la mediación de Coppola, es notoria la facilidad y eficacia con que Brando esparce por el guión algunas frases desequilibradas que sólo pueden haber surgido de su improvisación.

Con referencias a la locura, la mediocridad, el envejecimiento, la obesidad y los padres (incluso aparece durante unos segundos una foto de Brando junto a su padre, con quien mantuvo una relación tormentosa), Don Juan De Marco parece una película en la que el actor encajaría a la perfección.

Pero habiendo explorado todos esos temas en películas de otra época (Último tango, Apocalypse now), es evidente que ahora a Brando le interesa tanto que le apliquen a su vida las moralejas de sus películas cómo que los fotógrafos sobrevuelen en helicóptero su refugio tahitiano.

Marlon Brando no asistió al funeral de su hija Cheyenne, no se dejó fotografiar para revista alguna, ni mucho menos hizo declaraciones a la prensa. Sin acceso a lo más íntimo de su atormentada existencia, y escandalizado por su reciente aparición en el programa de entrevistas de Larry King, el público americano hace tiempo que no va a ver las películas de Brando y ha decidido ignorar al actor.

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