_
_
_
_

Chirac y Jospin propugnan una Francia 'más social'

Chirac y Jospin defendieron ayer, cada uno con su acento -liberal populista o socialdemócrata-, la idea de una Francia más social .La discusión de política económica, en particular el empleo, se llevó la parte del león del debate. Y los detalles. Ambos fueron muy concretos en las medidas que propugnaban, pero menos convincentes en las recetas para financiarlas.

Más información
La ultraderecha de Le Pen descalifica a los dos aspirantes al Eliseo
El debate Chirac-Jospin acaba sin sangre
Ningún contendiente logró el KO, pero eso fue un éxito para Chirac

"Debemos convertir el empleo en el corazón de las preocupaciones políticas de los dirigentes", abrió fuego el gaullista. ¿Cómo?. De manera que "den oxígeno a quienes invierten y trabajan", los 2,4 millones de pequeños empresarios. Y con nuevos instrumentos como el Contrato Iniciativa Empleo (CIE), un contrato de inserción de dos años para los jóvenes que suprimiría las cargas sociales y primaría con 2.000 francos mensuales (48.000 pesetas) a los nuevos empleados.Chirac absorbió las ideas de Jacques Delors sobre el fomento de los empleos de proximidad (en servicios sociales, barrios ... ), y sin estar en contra de la reducción del tiempo de trabajo, hizo más hincapié en los contratos a tiempo parcial. "Gastamos demasiado dinero en subsidiar desempleados, que deberíamos dedicar a crear empleos", dijo.

Jospin hizo acto de contrición, porque "el paro ha progresado tanto bajo la derecha y con la izquierda", que privilegió el saneamiento de las finanzas públicas y empresariales y la modemización del aparato productivo, y "no supimos resolver el paro", que hoy afecta a 3,3 millones de franceses. El socialista preconizó "una lucha económica contra el desempleo y no sólo su tratamiento social", con su plan explícitamente delorsiano que "crearía 600.000 empleos anuales" y reduciría el paro en 300.000 anuales: mantener el crecimiento económico pero afianzándolo en la demanda interna; reducir el tiempo de trabajo de 39 a 37 horas semanales para 1997; disminuir los costes indirectos y lanzar un "programa voluntarista" mediante la vivienda social, los empleos de proximidad, ligados al medioambiente y a las tareas humanitarias.Educado rifirrafe ,

Y llegó el, educado, rifirrafe. Chirac acusé a su rival de que su propuesta de ecotasa resume el mal endémico socialista, "repartir lo que existe en vez de crear nueva riqueza", lo que pone en riesgo el crecimiento. Jospin criticó al gaullista porque su "única medida concreta", el CIE, es un remedo del Contrato de Retorno que inventó su adláter Martine Aubry y fue suprimido por los conservadores en 1993. Chirac contraatacó con que las 37 horas no crearán empleo; y Jospin se amparó en las 35 horas de los metalúrgicos alemanes.

Las ideas más novedosas surgieron con la radiografía de la reducción de costes sociales. El socialdemócrata proponía que la reducción se concentrara en "los salarios más bajos", cercanos al mínimo, mediante una franquicia de 5.000 francos (120.000 pesetas). "Pero con eso, tendrá que aumentar los costes de los salarios más altos, de los cuadros licenciados, que son quienes hacen crecer la economía" protestaba el alcalde de París. "Sí, pero la reducción de un 10% de los salarios bajos se financia con un aumento de sólo el 1,4% de los altos, algo absorbible", defendía el socialista. Y su contendiente dejaba en la ambigüedad la financiación del proyecto -compartido- de disminuir las cargas sociales, si sería a cargo de un aumento del IVA o del Impuesto de Sociedades.

La pasión social de los aspirantes se completó con las similares propuestas de aumentos salariales. Tanto Chirac como Jospin precisaron poco cómo los costearían las empresas. Y mientras Jospin alertaba sobre la necesidad de aumentos moderados para no reverdecer la inflación, Chirac recordó que el tirón del consumo no podía hacerse a costa de paralizar la lucha contra, el déficit y la deuda.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_