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EL POLEMICO MOBILIARIO URBANO

Vigo, Zaragoza y Valencia dispone del mismo y castizo modelo de columna 'Escorial' que Madrid

La polémica persigue a los armatostes fabricados por una multinacional francesa por varias ciudades españolas

Las columnas publicitarias de la empresa El Mobiliario Urbano, SA la filial española de la multinacional francesa JC Decaux-, están acostumbradas a levantar polémica allá donde se instalan. Vigo (275.000 habitantes) tuvo que retirar parte de los muebles una vez instalados. En Valencia (750.000 habitantes), la Generalitat ha anunciado que ordenará al Ayuntamiento que cambie de lugar algunos artefactos que afean el centro. Las columnas de Oviedo (204.000) fueron criticadas por su número excesivo y mala colocación. En cambio, Bilbao (370.000) y Zaragoza (750.000) han logrado que la población asuma sus cachivaches, si bien, como Prevención, la ciudad vasca encargó pocas unidades (34) y más pequeñas para que se integraran mejor con el entorno.A los muebles madrileños se les puede decir de todo menos que son originales. Valencia tiene el mismo modelo de columna (Escorial) desde 1994, pero con un remate que remeda, un escudo con la leyenda Valentia. Para Zaragoza la empresa presentó una variante del Escorial con cabeza de león en lugar de la testa de oso que embelesó a concejales y técnicos municipales en Madrid. Los. arquitectos encargados de emitir su opinión para elegir la decoración para la capital habían avisado a los responsables de la empresa que no valía instalar en Madrid los mismos diseños que en Otras capitales. Cemumasa (la empresa que El Mobiliario Urbano formó con Signi Publicidad para el concurso de Madrid) presentó nueve variantes de columna: unas avaladas por el apellido de prestigiosos diseñadores (Norman Foster, Ricardo Bofill, Oscar Tusquets), otras por un castizo y evocador Madrid o Escorial. Al final, el Ayuntamiento optó por repetirse con el resto de España.

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"Objetos extraños y desarraigados" en Valencia.

El mobiliario urbano de Valencia, en cuyo Ayuntamiento gobierna el PP, se instaló en 1994 y vivirá en sus calle! durante 20 años. Son 110 columnas que se distribuyen de la siguiente manera: 53 informativas, 27 quioscos, 15 modelo demos sin publicidad privada, 10 fuentes, 4 aseos y 1 quiosco de periódicos del venta nocturna, informa Santiago Belausteguigoitia. Además, la empresa El Mobiliario Urbano, SA, coloca 351 mupis (paneles publicitarios); 2 paneles tipo faro de entrada a la ciudad; 180 mástiles de bandera; 500 postes de señalización urbana; 600 papeleras, que se incrementarán anualmente en un 5%, y 125 postes de interés local.

La inversión inicial de la empresa concesionaria asciende a 1.301 millones (en Madrid , 3100) y los gastos de conservación suman 607 millones durante los 20 años

[372 millones anuales en Madrid en mantenimiento y servicios complementarios]. El canon de los 20 años ingresará en la arcas municipales 42 millones, que se convierten en 5,2 anuales en Madrid. El Mobiliario Urbano, SA, tendrá así unos gastos de 1.950 millones en 20 años, que le reportarán ingresos por 9.264 millones, según los cálculos realizados por el PSPV-PSOE. -Beneficio: 7.313 millones.

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La Generalitat valenciana rompió el pasado 27 de abril su tregua con el mobiliario urbano instalado por el Ayuntamiento. en Valencia. La 1 Consejería de Cultura envió un durísimo informe al Consistorio, que está gobernado por una coalición del PP y los regionalistas de Unión Valenciana,,en el que daba cuenta de las deficiencias del mobilialio. La Generalitat, que dirige el PSPV-PSIDE, dio un plazo de 10 días al Ayuntamiento para que presente alegaciones. Cultura advirtió que instará al Ayunta miento a cambiar de ubicación los elementos colocados en el conjunto histórico protegido de la ciudad.

La Generalitat critica la elección en Valencia del modelo de columna denominado Escorial, que está en la línea de las que jalonaban los bulevares del París de principios de siglo. "El modelo Escorial, como objeto de diseño, nada tiene que ver con el conjunto histórico de Valencia ni con la dilatada tradición de maestros de obras y arquitectos que contribuyeron, integrados en la sociedad de su tiempo, a dotarla de las características que la hacen hoy reconocible", dice la Consejería. "El modelo Escorial, que toma la forma del siglo XIX y el nombre del siglo XVI, no es más que un objeto extraño, desarraigado y ajeno al conjunto histórico de la ciudad de Valencia", remacha el informe. Respecto a los mupis (un elemento cuadrado con dos carteleras de publicidad) señala que su diseño está trasnochado". "El mupi

[modelo] Prestigio, que ha sido instalado en numerosas ciudades

[también elegido para Madrid], no obtuvo nunca reconocimiento como objeto de diseño, y hoy en día está absolutamente obsoleto", añade la Generalitat. La consejería aporta tonos que rozan la mofa y el desprecio cuando se detiene en otro modelo de columna, el denominado Norman Foster.

Posteriormente, la Generahtat analiza la ubicación del mobiliario. El documento critica que los elementos están colocados en los lugares de mayor centralidad y mayor concurrencia de tráfico rodado y no necesariamente en los lugares de mayor necesidad informativa".

Urinarios a cambio de carteles en Bilbao. Bilbao ha asumido sin problemas las nuevas columnas diseminadas por la ciudad hace ya tres meses, que por 25 pesetas permiten hacer uso de seis modernos servicios públicos

[en Madrid se han instalado 14 aseos cuyo uso cuesta 50 pesetas], de limpieza automática, ubicados en los puntos más concurridos de la ciudad. Las únicas quejas que han llegado hasta el Ayuntamiento

[gobernado por el PNV) criticaban lo superfluo de su instalación en una ciudad con necesidades más urgentes.

El Mobiliario Urbano se impuso a otras dos empresas en el concurso convocado por el Ayuntamiento de Bilbao para la instalación de urinarios públicos,. El contrato no establece compensaciones económicas. A cambio de colocar seis columnas con retrete, lavabo y espejo en su interior. v cuatro con fuente. El Mobiliario Urbano consiguió la autorización para distribuir por las calles de Bilbao otras 24 cabinas con la única función de ser soportes publicitarios. Además, parte de la superficie exterior de las columnas queda reservada al Ayuntamiento, informa Eva Larrauri.

Los arquitectos municipales eligieron el modelo de columna que por sus dimensiones, más reducidas que las instaladas en Madrid, se adaptaban mejor a la escala de las calles de Bilbao.

El concurso convocado por el Ayuntamiento en 1989 para colocar los servicios públicos fue declarado desierto, lo que permitió abrir un periodo de prueba de las empresas que aspiraban a explotar la instalación de las columnas publicitarias. Durante dos años varias empresas, entre ellas El Mobiliario Urbano, accedieron a instalar urinarios para evaluar el resultado, sin recibir a cambio compensación alguna. "El resultado ha sido satisfactorio. Después de este periodo, en el segundo concurso la diferencia entre El Mobiliario Urbano y la competencia era importante".

Muchos y mal colocados en Oviedo. El Mobiliario Urbano fue la adjudicataria en 1993 del concurso público por el que el Ayuntamiento de Oviedo, gobernado por el PP, contrató la instalación de columnas publicitarias, papeleras y paneles. Según los términos del contrato, El Mobiliario Urbano tenía la exclusividad de la instalación y mantenimiento de un total de 90 elementos ornamentales y publicitarios (algunas de las columnas incorporan servicios higiénicos y otras, un surtidor de agua a modo de fuente) durante 18 años. Al concurso concurrieron cuatro compañías. La decisión de optar por la oferta de la filial española de Decaux fue unánime, informa Javier Cuartas.

Cuando comenzó la instalación de los artefactos se produjeron quejas por parte de los vecinos, fundamentalmente a propósito de los paneles publicitarios, que han sido los más polémicos. Algunos ovetenses opinaban que los emplazamientos elegidos no eran los más adecuados y que el número de elementos instalados empezaba a ser excesivo. La vicepresidenta de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE), Guadalupe Gómez-Fouz, expresaba el pasado mes de agosto que, en su opinión, "debería utilizarse un mobiliario urbano propio, con señas de identidad personales, que se diferenciasen del resto de las ciudades europeas".

El proyecto supuso una inversión de 160 millones, a los que hay que agregar entre un 10% y un 15% adicional anual por gastos de mantenimiento. Todo ello es sufragado por la empresa adjudicataria, que obtiene sus ganancias del alquiler de los espacios publicitarios. El Ayuntamiento sólo pagó las acometidas de los aseos y de las fuentes

[que en Madrid corrieron a cargo de la empresa]. Sin embargo, la experiencia ha venido demostrando que el Ayuntamiento es el principal o uno de los más importantes usuarios de estos espacios publicitarios. Anunciarse en una de las columnas cuesta unas 7.000 pesetas a la semana.

Las fuentes y los aseos no funcionan en Vigo. El pleno del Ayuntamiento de Vigo aprobó, en octubre de 1990, la adjudicación a El Mobiliario Urbano del concurso para la ocupación de espacios en la vía pública, con marquesinas y columnas de publicidad, por ofrecer "la mejor estética de todo el mobiliario presentado". La oferta de esa empresa también representaba "una garantía en cuanto a conservación y mantenimiento del mobiliario instalado", y estaba avalada por sus instalaciones en toda Europa.

Las condiciones de la adjudicación: 15 años y un canon de 1,2 millones al año. Se instalarían 100 marquesinas y 45 columnas modelo Escorial. Mobiliario Urbano se comprometía a instalar además: 31 caras de las columnas Escorial para uso exclusivo del Ayuntamiento; 50 mupi, con una cara reservada para información municipal; un cuadro en cada marquesina para líneas y horarios de transporte; 60 papeleras; 8 fuentes y 6 aseos públicos; compromiso de instalar 9 marquesinas más por año durante tres años (total 127, ya cumplidas).

La adjudicación se produjo en la etapa final de la anterior corporación, que presidía el socialista Manuel Soto. Tras ser aprobada en pleno, la alcaldía propuso a la empresa la posibilidad de mejorar y unificar el nivel estético de las marquesinas y obtener mayor número de caras en los soportes informativos para publicidad institucional. Se acordó entonces (diciembre de 1990) que la empresa instalara 100marquesinas modelo César y 20 soportes informativos adicionales, de los cuales se cedería una cara en cada uno de ellos al Ayuntamiento. Esto, a su vez, representaba una mejora económica para el Ayuntamiento, que pasaba a percibir de canon 5,2 millones al año (es decir, lo mismo que ahora en. Madrid).

Probablemente es en esta revisión de la adjudicación donde se acordó eliminar gran parte de los servicios complementarios iniciales. Las instalaciones definitivas han sido: 127 marquesinas, 90 mupi y 13 columnas Escorial, de las que sólo tres incorporan fuente (deberían ser ocho y, en cualquier caso, no funciona ninguna) y sólo dos incorporan aseos públicos (deberían ser seis, y tampoco funciona ninguno) informa Primitivo Carbajo.

El mobiliario comenzó a instalarse en el verano de 1991, ya con otra corporación, también socialista, en el Ayuntamiento. La reacción popular fue tremenda. Los periódicos locales recogían en la calle calificativos como ridículos, de pésimo gusto, horribles, indiscretos, porquería... "Me parecen horribles", decía una señora, "y lo peor es que lo han instalado en medio de la calle". "No veo por qué toda la calle tiene que enterarse de que una va a hacer sus necesidades", decía otra. "Esto para lo único que va a servir es para que se metan dentro todos los drogados", apuntaba otro. El mayor detonante de la bronca, aunque apenas se cita, fue que una de las columnas impedía el paso por la calle del Príncipe principal vía de paseo y comercial de la procesión del Cristo de la Victoria.

El Gobierno de Carlos Príncipe

[alcalde socialista que sustituyó a Soto tras la exigencia de los nacionalistas de su relevo para apoyar al PSOE en el muncipio] decidió retirar los urinarios Escorial y nombrar una comisión para revisar la adjudicación.

Ciudadanos acostumbrados en Zaragoza. La polémica del mobiliario urbano se extendió por la capital aragonesa a principios de 1991. Tras una visita a la ciudad de Lyón de algunos miembros de la corporación-local, encabezada por los socialistas, se decidió cambiar completamente la imagen de la ciudad. En aquellos momentos se acababan de reformar, también con amplio rechazo popular, las grandes plazas de Zaragoza, especialmente el entorno de la basílica del Pilar, informa Javier Torróntegui.

La adjudicación a la empresa francesa JC Decaux levantó protestas, aunque sus fuentes y los servicios públicos fueron, en general, bastante bien, aceptados por la población. Los retretes no se habilitarían en realidad hasta mucho después de su instalación y apenas nadie recuerda haber visto a alguna persona utilizarlos. El rechazo mayoritario se produjo hacia los mupis, grandes carteles para colocar publicidad estática, cuya explotación se adjudicó, además, al entorno del propio alcalde Antonio González Triviño. En la actualidad, al igual que las marquesinas de las paradas de autobús y las papeleras, se han integrado en la visión que los zaragozanos tienen de su ciudad y son un elemento ornamental más, que, en el caso de las fuentes, se muestra, además de poco práctico, un derroche de agua, al aparecer con asiduidad con los grifos rotos o mal cerrados, dejando escapar el líquido.

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