José María Plaza: Empiezo a ver el final del túnel, aunque lejano"

, El matador de toros José María Plaza, herido gravísimamente en la pierna derecha el pasado 5 de marzo en su pueblo de Torres de la Alameda (Madrid), ha superado la primera fase de su recuperación, que continúa ahora en su domicilio de Anchuelo (Madrid), donde se muestra relativamente optimista: "Después de haber estado a punto de perder la vida y luego el pie, comienzo a ver la luz, el final del túnel, aunque todavía muy lejano".La última de las muchas complicaciones que sufrió durante su larga estancia en el hospital 12 de Octubre, y que obligaron al equipo médico a intervenirle en cinco ocasiones, fue la flojedad muscular en la parte trasera del muslo. Era debido a los muchos tendones que rompió el pitón del toro, además de la femoral y la safena. Por ello, antes de ser dado de alta, hace dos semanas, le escayolaron. El torero acude cada dos días al hospital para que le hagan curas "dolorosísimas pero imprescindibles" en la herida, donde hubo que injertarle tejidos y trozos de la femoral y la safena de la pierna izquierda para realizarle el bypass. de la derecha, en la que ya sufrió un percance similar en su época de novillero sin caballos, también en el mismo coso.

Otra importante secuela es la escasísima sensibilidad del pie derecho, el que estuvo a punto de perder porque no le circuló la sangre durante más de 20 días tras el percance. "La verdad es que no lo muevo prácticamente nada" admite, "aunque es normal, según los médicos, y necesitaré un proceso de recuperación larguísimo".

Por eso su única meta a corto plazo es "volver a andar, poder llevar la vida de una persona normal". Después, sus sueños le devuelven a los ruedos, algo que sabe no podrá ocurrir hasta la próxima temporada. "La cornada me reafirma en mis ilusiones de ser figura del toreo", dice, "y confió en alcanzarlo; de lo contrario, el palo psicológico y moral sería tremendo". Plaza, que se doctoró en 1989, no ha sumado ni 25 corridas en sus seis años de matador, "y casi siempre jugándome cada temporada el cara o cruz en los duros veranos de Las Ventas".