La teoría de la conspiración
En Malabo, los diigentes que denuncian la conspiración de España para derrocar al presidente Teodoro Obiang Nguema se han vuelto a poner últimamente de moda.El pasado 2 de marzo, Antonio Fernando Nve, portavoz del Gobierno, denunció en la televisión local que la Armada española planeaba invadir la isla y dar muerte a los delegados que asistirían al congreso del Partido Democrático de Guinea Ecuatorial, que dirige Obiang. "Hasta creen que los periodistas de El Mundo que se meten con el presidente Obiang están a nuestro sueldo", ironizaba el ministro de Asuntos Exteriores, Javier Solana.
El Gobierno español tenía que dar la cara por Severo Moto y lo ha hecho, suscitando con ello las iras de la cúpula dirigente del país africano. Lo que resulta mucho más incomprensible para la diplomacia española son las peticiones de sanciones contra Guinea formuladas por representantes del Partido Popular y de Izquierda Unida.
"Me gustaría" afirma un diplomático, "que esos grupos sean más específicos y nos sugieran qué es lo que aún se puede recortar. No queda ya nada por suprimir. Nuestra cooperación se limita a lo básico, y cualquier recorte adicional supondría más sufrimientos para el guineano de a pie que acude, por ejemplo, a un hospital que funciona gracias a la cooperación española. ¿Qué debemos hacer, cerrar el centro hospitalario?"..
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