Clinton se apega a la memoria de Roosevelt para defender su política
Bill Clinton se apegó a la memoria del presidente demócrata Franklin Delano Roosevelt, de cuya muerte se cumplió ayer exactamente medio siglo, para defender su política interior y exterior frente a las presiones republicanas. Clinton presidió ayer en Warm Springs (Georgia), la ciudad en la que Roosevelt murió, el homenaje rendido al hombre que sacó a Estados Unidos de la recesión, lo dirigió hacia la victoria en la guerra contra el nazismo y lo condujo a su etapa de mayor bienestar.
Clinton invocó en su discurso la conciencia social de Roosevelt para asegurar que se opondrá a cualquier recorte presupuestario que malogre las necesidades educativas del pueblo norteamericano. Los esfuerzos para eliminar el déficit presupuestario no deben afectar a la lucha por acabar con el "déficit educativo", dijo el presidente.Aunque la memoria de Roosevelt es públicamente ensalzada por todos los políticos norteamericanos, su legado está siendo atacado por la mayoría republicana que ha tomado el control del Congreso y no es defendido por los demócratas.
En la celebración de sus primeros cien días como presidente de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich se comparó con Roosevelt al afirmar que su Contrato con América era la transformación más profunda de la sociedad estadounidense desde el New Deal. Probablemente lo es. Pero se trata de una transformación muy diferente a la dirigida por el ex presidente.
Sociedad más solidaria
"Paso a paso están dejando a la iniciativa privada actuar en su beneficio sin ningún control. Mientras que lo que necesitamos es una sanidad para todos, una sociedad más solidaria, no la sociedad competitiva a la que los republicanos nos están llevando", ha asegurado Kenneth Davis, autor de un libro sobre Roosevelt y el New Deal y uno de los principales historiadores sobre el presidente desaparecido al final de la II Guerra Mundial.
En sus primeros cien días, el New Deal puso a los desempleados a trabajar en la restauración de propiedades públicas, ofreció compensaciones a los agricultores sin cosechas, respaldó con créditos a las personas que buscaban un hogar, y creó, en definitiva, un modelo norteamericano del Estado del bienestar. En sus primeros cien días, el Contrato con América propuso recortes sociales para equilibrar el presupuesto, reformas de la Seguridad Social y del sistema de beneficencia pública (welfare); una drástica limitación, en definitiva, de aquel Estado del bienestar.
Los republicanos consideran que si el New Deal, basado en el principio de la intervención del Estado para promover la riqueza y hacer más justa su distribución, fue necesario en un momento determinado, muchos de sus instrumentos son ya anacrónicos y necesitan ser revisados.
Otro de los principales legados de Roosevelt en pleno declive es la base social que le dio al Partido Demócrata el predominio de la vida política durante varias décadas. Roosevelt creó una coalición de trabajadores, clase media y minoría negra que permitió a los demócratas disponer de una mayoría electoral hasta los años ochenta. Hoy esa coalición se ha roto, y el Partido Demócrata navega en el desconcierto mientras trata de construir una nueva base social bajo el liderazgo de un presidente escasamente popular. Una encuesta de Times Mirror mostraba ayer que una gran mayoría de norteamericanos cree que tanto Newt Gingrich como Robert Dole tienen en estos momentos más poder que Clinton.
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