El juez que tiene 900 sentencias pendientes puede ser expulsado

Varios abogados afectados por el atasco que ha provocado el juez de Valencia Joaquín Navarro Fayus, al no dictar sentencia sobre 900 casos ya juzgados, cafificaron ayer de "barbaridad" que tengan que repetirse todos los juicios si el titular no vuelve a ocupar su puesto. El Consejo del Poder Judicial le abrió en enero un expediente por una falta muy grave que puede desembocar en su expulsión de la carrera judicial.

En el despacho de Joaquín Navarro Fayus, del juzgado número 9 de lo Social, se amontonan causas que ya fueron juzgadas a principios de 1993 y aún no han sido resueltas. Legalmente, en este caso sólo el juez que celebra el juicio puede dictar la sentencia.No obstante, los abogados, que no quieren ser identificados, pidieron que se intente encontrar, al menos, una solución a los casos más graves, ya que hay personas pendientes de declaraciones de invalidez absoluta. Más de 1.000 personas [en las 900 causas hay casos de despidos colectivos] esperan su sentencia, muchos desde hace meses o incluso más de un año. La mayoría son trabajadores con escasos recursos económicos y pendientes de indemnizaciones o prestaciones sociales. El Tribunal Superior de Justicia valenciano ha pedido al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) que apruebe el traslado de una juez de Alicante en comisión de servicios para celebrar las vistas.

Según fuentes judiciales, la situación del juzgado era conocida desde hacía tiempo, pero la mayoría de las quejas se realizaban directamente a Navarro, que entonces prometía ocuparse de la causa. "Creíamos y confiábamos en que la situación se arreglaría, en que él reaccionaría", afirmó ayer un letrado. Pero la situación, sobre todo en el último año, no mejoró. El Colegio de Abogados de Valencia envió una queja al CGPJ a principios de 1994 y reiteró su protesta, al igual que CC OO, en noviembre del mismo año ante el Tribunal Superior de Valencia. Algunos afectados han acudido al Defensor del Pueblo.

En los últimos meses en los que Navarro estuvo al frente del juzgado -está de baja por depresión desde enero-, los afectados acudían ya en "manadas" a reclamar las sentencias, añadieron las mismas fuentes. Los propios abogados enviaban a sus clientes al juzgado para que insistieran. Los funcionarios, impotentes, sólo podían señalarles el despacho del juez. Navarro solía recibir a los afectados, que dejaban el juzgado con la esperanza de que su sentencia no tardaría en llegar. Algunos abogados enviaron escritos al juez para interesarse por sus causas y éste contestó en breve con una sentencia. Un letrado decidió, en algún caso y ante la evidencia de que la situación no cambiaba, presentar su demanda por duplicado.

No sería la primera vez que un juez es expulsado de la carrera por retraso en administrar justicia. En Madrid, el juez de primera instancia de Leganés, José Manuel Lizasoaín Sasera, fue separado de la carrera, en abril de 1991, por haber dejado sin dictar alrededor de 400 sentencias. Según fuentes del CGPJ otro magistrado de Plaza de Castilla (Madrid), Ismael Kirán, tiene un expediente abierto por no dictar otras 300.