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Las empresas de inserción social reclaman una normativa para fomentar su labor solidaria

En España el fenómeno es incipiente, pero en Francia superan las 600 firmas

Usted puede montar una empresa que apoye la reintegración social de personas en apuros y, al tiempo, resulte comercialmente rentable. Madres solas, toxicómanos, ex delincuentes, discapacitados, son protagonistas de las I Jornadas Internacionales sobre Empresas de Inserción (El), inauguradas ayer y clausuradas mañana por la Comunidad de Madrid (CAM): ese tipo de empresas necesita, según los participantes, una legislación que las regule. En España el fenómeno es aún incipiente, pero el ejemplo francés resulta tentador: en el país vecino pasan ya de 600.

Quien no se ha subido al tren del empleo no parece tener salvación, ni derecho a la normalidad o a la autoestima. "El desempleo es desintegración y el empleo integración", sintetiza Manuel Fierros, vicepresidente de la Fundación Tomillo, que da y busca trabajo a jóvenes sin instrucción.

Como ésa, hay en España un número indefinido de empresas de nomenclatura no menos imprecisa. "Pueden ser entre 200 y 300", dice Andrés Aganzo, de Cáritas, "ya se llamen de inserción, socialsolidarias, de empleo protegido, o de inserción. Empresas que han visto que el empleo es la mejor integración, en una sociedad donde crece el paro de larga duración y bajan las prestaciones".

"Urge una regulación legal", señala Elena Vázquez, consejera de Integración Social de la CAM. "Nosotros la emprenderemos vía decreto, y confiamos en que se legisle a nivel estatal". "En Madrid desde 1991 funcionan ocho El en limpieza, jardinería, textil, fotocopistería, y dos agencias de colocación", dice Nieves Alonso, jefe de servicio de la CAM para los proyectos (Ingreso Madrileño de Integración).

Administración Pública

La Administración Pública es decisiva. "Hay que lograr que las El sean tomadas en cuenta en los concursos de la Administración", afirma Alonso. Según Manuel Fierro, "No hay nada que impida que en sus concursos se las prime. Ahora bien, lo primero que la Administración debe hacer es pagar, y a tiempo. Tal como lo hace ahora, no puede pretender que las El se desarrollen" "Según la ley tiene que haber un número de puestos para discapacitados en cada empresa, y eso no se cumplen recuerda Antonio Millán, de Fundosa (ONCE), con 30 empresas rentables con personal mayoritariamente minusválido. "Pero no tiene sentido multar a los que incumplen. Lo que importa es potenciar estos mecanismos de integración":

Las iniciativas surgen por doquier. "Estamos muy vinculados a proyectos medioambientales", dice Antoni Pons, de la Fundación Deixalles, de Palma de Mallorca. "Somos responsables de la recogida de residuos sólidos urbanos, entre madera, electrodomésticos y vidrio. Trabajamos con unas 35 personas procedentes de cen tros de rehabilitación o de atención a la pobreza. Al mes con seguimos otras colocaciones estables para unas 16 personas. Gracias a cursillos de formación, personal nuestro ha creado otras empresas".

El modelo para las EI españolas es Francia. "En 1989 eran 200 y ahora pasan de 600", dice Claude Alphandéry, presidente del Consejo Nacional de la Inserción. "Cuando se habla de investigación para el desarrollo, se piensa sólo en alta tecnología: pero también debe haber una investigación para la solidaridad, más allá de esta economía productivista, que es devastadora".

"Madrid es aún la capital de la UE con menos personas sin techo", dijo en la apertura de las jornadas Joaquín Leguina, presidente de la CAM. Leguina cifró en entre un 2 y un 5% a los madrileños "excluidos socialmente", aunque reconoció que "la familia protege y disimula numerosos casos", y entre un 15 y un 18% los amenazados de verse excluidos. "El objetivo es rescatar a ese tipo de nuevo pobre", dice la consejera Elena Vázquez.

Las El tienen que pelear en la intemperie del mercado. Las empresas clásicas aún se lo piensan mucho a la hora de emplear personas necesitadas de inserción. Un ejemplo: la empresa Martín de autobuses, que transporta a 26 millones de personas en el sur de Madrid, contrató, tras gestiones con el Ayuntamiento de Leganés, a limpiadoras del IMI, pero "la exigencia de calidad y de competitividad nos obliga a estar encima de la experiencia y no es barato", explica José Ángel García, representante de la firma. "Es difícil que las empresas se arriesguen, necesitan contrapartidas", añade.

La CAM inauguró ayer la exposición fotográfica Exclusión, Integración, con imágenes de Carlos de Andrés y Blanca Berlín.

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