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"El Estado, por fortuna, es no confesional", dice Alberdi

"Lo que diga la encíclica sobre el aborto u otras cuestiones", señaló ayer la ministra de Asuntos Sociales, Cristina Alberdi, "no concierne al Estado español, que por fortuna es no confesional. La encíclica va dirigida a los creyentes católicos. Por la importancia de la Iglesia católica en nuestro país, siempre leo lo que dice el Papa. Por tanto, en esta ocasión, como en otras, tomo conocimiento de la encíclica: pero la sociedad española es pluralista y en ella hay ciudadanos que profesan otras religiones y creencias".Alberdi no entró en detalladas valoraciones de Evangelium Vitae, por desconocer la totalidad del texto, pero indicó que los juicios que emite allí el Papa de que "cuando se niega el derecho a la vida, la democracia va camino del totalitarismo" representan que Juan Pablo II "se excede en sus argumentos".

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Horas antes de estas declaraciones, la ministra -que clausuraba las jornadas Los jóvenes a través de los medios de comunicación, organizadas por el Instituto de la Juventud- se refirió al proyecto de ley que el Gobierno prepara sobre el aborto y dijo que las reflexiones del Papa "no pueden condicionar el diseño político".

Pena de muerte

La postura de la Evangelium Vitae sobre la pena de muerte fue calificada ayer por la Asociación Pro Derechos Humanos de España (APDHE) de "ética y penalmente anacrónica". "El Papa", dice José Antonio Gimbernat, presidente de la APDHE, "no toma postura en contra de la pena de muerte. La Iglesia nunca lo ha hecho".

Sobre los juicios de la encíclica hacia las técnicas de reproducción asistida, el socialista Marcelo Palacios, ponente de la Convención de Bioética, cree que "el legislador debe atender a la perspectiva plural. Estos temas están ya aceptados socialmente, y yo acabo de proponer que la Bioética se enseñe en la escuela, para que mañana los jóvenes no miren con extrañeza algo ya plenamente de nuestro mundo. La Iglesia defiende su territorio, pero no puede seguir manteniendo que los embriones no viables, que serán un 60%, son nasciturus, porque realmente son moriturus; ni decir que se quiere investigar con embriones para fines ajenos a la procreación".

"La Iglesia se separa de la realidad social", dice Pere Barri, jefe de servicios de Medicina de la Reproducción del Instituto Universitario Dexeus de Barcelona. "No se puede mezclar la experimentación con embriones y los tratamientos de esterilidad, Es lícito experimentar con embriones para procreación y, sobre la reproducción asistida, no las parejas no se someten a ella por capricho: buscan ayuda médica".

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