La Puerta de Toledo exhibe su piedra limpia, pero conserva las heridas de la guerra civil
El granito de la Puerta de Toledo quedó ayer reluciente como una patena por obra y gracia de los 20 millones de pesetas que una empres4 de servicios (Eulen, SA) invirtió en su restauración. Pero las cicatrices que sobre la piedra dejaron las bombas durante la guerra civil española no han desaparecido con el lifting. "Se trataba de limpiar la piedra y arreglar el entorno, las huellas de los obuses son historia que hay que conservar", comentó el alcalde, José María Álvarez del Manzano. El arreglo de la puerta encargada por José Bonaparte en 1814 ha durado seis meses.
Álvarez del Manzano explica que este mismo criterio fue el que se siguió para la restauración de la Puerta de Alcalá (que costó unos 42 millones de pesetas, abonados por El Corte Inglés) en 1992. El regidor inauguró ayer, al son de la Banda Municipal, el monumento restaurado, y comentaba con vecinos y concejales lo bien que había quedado tanto la piedra (recuperó el blanco que los humos le habían subido de tono) como el ajardinamiento y el pavimento.Precisamente, la necesidad de sembrar el futuro césped, dio un olor nauseabundo a la fiesta: el abono recién esparcido se agarró a las narices de los presentes. "¿Y lo bonitas que quedan después las flores, ¿qué?", razonó Álvarez del Manzano.
Este monumento continúa la lista de obras que el equipo de gobierno del PP ha dejado en manos del patrocinio privado. El mecenazgo de la restauración de monumentos comenzó con la Puerta de Alcalá, le siguió la estatua de Colón en los jardines del Descubrimiento (30 millones donados por Gas Natural), la fuente de Pontejos y la de la Cruz Verde.
Publicidad y diseño
A cambio de pagar la obra, la empresa hace publicidad en una pancarta más o menos artística. En la Puerta de Alcalá, el encargado de decorar la lona fue Antonio Mingote; en la de Toledo, anónimos empleados de Eulen.
En un principio, la lona que cubrió durante unos meses la Puerta de Toledo iba a ser una obra de las diseñadoras valencianas Equipo Límite: un dibujo de la puerta envuelta en elipses planetarias, naves espaciales y mariposas.
Y un enorme logotipo de la empresa Larios (empresa que en un principio iba a patrocinar la restauración) en la parte superior de la ilustración.
Pero, por una parte, la oposición de la concejal de Servicios Sociales, Ana María García Armendáriz, a que una marca de bebidas hiciese publicidad en un monumento municipal mientras su departamento intentaba convencer a los jóvenes de que beber no es lo mismo que vivir, y, por otro, la falta de acuerdo entre la Concejalía de Obras y Larios sobre el tamaño del logotipo en la lona, abrieron la puerta a Eulen.
Y en vez de dibujitos siderales y psicodélicos, los vecinos de la calle de Toledo y aledaños han disfrutado de chulapos y organilleros.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.