Naciones Unidas reconoce el fracaso de su política de protección en las 'zonas seguras' de Bosnia
Bihac, Srebrenica, Sarajevo, Tuzla, Zepa y Gorazde son las seis ciudades en las que la población estaría protegida de "ataques armados y de cualquier otro acto hostil", según la resolución 824, de mayo de 1993, del Consejo de Seguridad. Todas ellas se han convertido en la práctica en campos de tiro para la artillería serbia o en guetos aislados del mundo por sus tropas, cuando no son utilizadas por el bando musulmán como plataformas para desencadenar ataques.De Tuzla, acusa la impotente ONU, partió la semana pasada el hostigamiento bosnio que ha degenerado en la batalla en curso en el noreste de Bosnia, de consecuencias imprevisibles. Gorazde, añade el portavoz Alexander Ivanko, fue bombardeada el sábado pasado a sangre fría, en represalia, por los morteros del líder serbobosnio, Radovan Karadzic, que causaron 17 heridos graves. Los dirigentes de ambos bandos ignoran los llamamientos hechos el lunes por las potencias mediadoras y Naciones Unidas para detener la escalada bélica. Diecinueve soldados suecos fueron evacuados ayer del frente de las montañas Majevica, al este de Tuzla.
El ambiguo concepto de zona segura nació en abril de 1993 del temor a un baño de sangre en Srebrenica, un enclave inviable casi en la frontera serbia asediado por el general Ratko MIadic y donde todavía sobreviven 45.000 musulmanes bosnios. La ONU decidió entonces proteger a media docena de ciudades en circunstancias similares, pero no fijó sus límites geográficos con precisión y se limitó a enviar a cada una de ellas a un puñado de cascos azules. Su indefinición continúa.
Bihac nunca ha dejado de ser un infierno.. Los serbios siguen cerrando Sarajevo cuando quieren, a pesar de que, ya en junio de 1993, el Consejo de Seguridad autorizara al contingente militar de la ONU a usar la fuerza "en caso de obstrucción deliberada de convoyes humanitarios" y a pedir la ayuda a los cazabombarderos de la OTAN en y alrededor de estas zonas seguras. Srebrenica, también cercada, no recibe medicinas desde octubre pasado; una portavoz de la Organización Mundial de la Salud, Stephanie Simmonds, suplicaba ayer desde la capital bosnia una acción de presión concertada.
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