Las tropas turcas cierran el paso a la guerrilla kurda en la frontera de Siria
Turquía tropezó ayer con tres acontecimientos inesperados cuando su implacable campaña en el norte de Irak contra el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) -criticada por Europa y ahora también p9r Estados Unidos- se extendió hacia tres nuevos frentes: la frontera con Siria -hacia donde intentan huir los guerrilleros kurdos-, la diplomacia de Irán y la condena formal del mundo árabe. Reflejando el nerviosismo de Ankara, la primera reacción turca fue acentuar las restricciones a la prensa internacional en el frente de combate.
Bastaba ceñirse a las declaraciones oficiales para detectar ayer síntomas de que la ofensiva turca, lanzada hace ocho días en el norte de Irak, está cayendo inexorablemente en el terreno de las complicaciones.Los turcos confirmaron que parte de los 35.000 soldados enviados al norte de Irak combatían contra columnas del PKK cerca de la frontera con Siria y en los confines de los límites con Irán. Los soldados presentes en la zona confirmaron la existencia de frecuentes choques en la frontera de Siria.
Teherán, entretanto, rompió ayer su silencio al advertir que la aventura militar de Ankara entraña riesgos superlativos para la estabilidad de la región. Y en El Cairo, la Liga Árabe emitió finalmente su veredicto: la invasión turca viola la integridad territorial de Irak, la ley internacional y, además, está causando víctimas inocentes.
De Ankara ayer sólo se conocían parcos partes de guerra: por octavo día consecutivo, tropas turcas con fuerte apoyo de la aviación y de artillería pesada atacaron reductos del PKK en el norte de Irak y cerca de la frontera con Siria, el país árabe que protege al jefé de la guerrilla, Abdalá Apo Ocalán. En un parco comunicado, un portavoz del Estado Mayor turco cifró en 172 el número de guerrilleros muertos y en 17, el de soldados. El PKK replica que ha sólo ha sufrido 13 bajas, frente a las 178 que contabiliza en el Ejército turco.
Al menos públicamente, el Gobierno de la primera ministra Tansu Çiller no se ha distanciado de su declarado objetivo de mantener la operación en un marco "limitado". Sin embargo, están comenzando a surgir señales de los altos mandos militares que no comparten esa idea. El general Hasan Kundakci, comandante de la operación contra el PKK, la más grande acción turca desde la invasión de Chipre en 1974, observó en una entrevista con el diario Milliyet que, si bien los militares acatarán lo que decida el poder político de Ankara, hay válidos argumentos castrenses para proponer una. ampliación de la presencia militar turca en Irak.
"Puntos críticos"
"Existen puntos críticos donde podríamos y deberíamos quedarnos", dijo. Kundakci incluso invocó ambiguamente "ciertos procedimientos de la legislación internacional" que, según dijo, podrían apoyar su planeada permanencia indefinida en Irak. órdenes impartidas por el Ejército turco impedían ayer el acceso de los periodistas al escenario de las operaciones militares. "Se necesita un pase especial", era la respuesta oficial a todo requerimiento de los informadores.
Mientras, el Gobierno alemán ha anunciado que congelará la ayuda militar de 13.000 millones de pesetas para construir dos fragatas para Turquía. El ministro de Asuntos Exteriores, Klaus Kinkel, afirmó que el canciller Helmut Kohl llegó a tal decisión en una reunión con los líderes parlamentarios democristianos y vista de la evolúción de la intervención turca.
El Departamento de Estado norteamericano lanzó también ayer una advertencia a Ankara para que no amplíe indefinidamente su presencia militar en el norte de Irak.
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