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Reportaje:

Coincidencias mortales

El escritor y periodista galés Gordon Thomas publicó hace cuatro años la historia de un atentado similar al del metro de Tokio

Gordon Thomas, veterano corresponsal de la BBC, escuchó conmocionado las noticias sobre el extraño atentado terrorista con gas sarín perpetrado el lunes en el metro de Tokio. Era demasiado exacto al escenario de ficción que él mismo, escritor de 62 años con más de 35 títulos en su haber, había construido en su novela Deadly perfume (Perfume mortal), publicada hace cuatro años. Una novela de la que vendió miles de copias en los países anglosajones y que en Japón alcanzó un récord de ventas de 145.000 ejemplares."Hay dos coincidencias esenciales", dice. "La novela cuenta cómo un grupo terrorista reclutado por una secta fanática que quiere limpiar el mundo, lleva a cabo atentados con gas sarín. El gas es transportado por las mujeres del grupo en frascos de perfume. Hay un primer atentado piloto en una pequeña ciudad surafricana, que se parece extraordinariamente al ocurrido en junio pasado en la ciudad de Matsumoto, en Japón. Y más tarde, otro ataque de mayor envergadura, que guarda mucho parecido con el que se ha producido en el metro de Tokio".

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Thomas se lamenta de que Plaza y Janés, sus editores españoles, se negaran en su día a publicar Deadly perfume, alegando que podía resultar demasiado estimulante para los terroristas. "Después de tener en las librerías españolas ocho best sellers -uno de ellos se titula Guernica-, es una pena que la editorial ejerciera esa especie de censura previa sobre el libro. Me gustaría saber si ahora, después de lo ocurrido, se atreverán a publicarlo".

A la luz de lo visto en Japón, quizá la editorial española no estaba tan descaminada al rechazar la novela. "Un periodista alemán me ha comentado que han encontrado ejemplares de Deadly perfume en el cuartel general de la secta de la Suprema Verdad, en Japón. De ser así, sería sobrecogedor", señala Thomas. Lo cual no significa que él se sienta culpable por lo ocurrido. "En absoluto. El atentado estaba servido, era sólo cuestión de tiempo". Pero, ¿por qué construir la trama sobre el eje de una secta religiosa? "Es que yo creo que detrás de las sectas fanáticas hay algo más. Fíjese que con la caída de los países socialistas, no sólo se ha producido una catástrofe económica, sino que todos esos cuerpos de espionaje perfectamente entrenados, desde el KGB hasta la policía secreta húngara, gente extraordinariamente entrenada, se han encontrado sin trabajo. El año pasado se descubrió que estaban vendiendo plutonio, de la misma forma pueden fabricar y vender sarín".

Sin embargo, la idea de escribir Deadly perfume no le surgió a Thomas viajando por la ex Unión Soviética, sino en la etapa en la que residía en los Estados Unidos. "Estuve investigando unos experimentos llevados a cabo por la CIA en el metro de Nueva York, en los años cincuenta. Querían comprobar la vulnerabilidad de ese medio subterráneo ante un atentado terrorista con gases nerviosos. En menos de cinco minutos el gas se propagó a través de nueve estaciones. Fue un experimento sin víctimas, por supuesto, pero que me dió la idea para la trama de Deadly perfume ".

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Animado por su clarividencia, Gordon Thomas se dispone ahora a redactar el guión de una película basada en su novela en su tranquilo domicilio de Delgany, en las afueras de Dublín.

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