El 'caso Agusta' salpica al comisario europeo Van Mert
Las revelaciones sobre el escándalo Agusta estrechan cada vez más el cerco sobre los máximos representantes de la diplomacia belga en dos organizaciones internacionales: Willy Claes, en la OTAN, y Karel van Miert, en la ,Comisión Europea. El todopoderoso responsable de la Competencia en el Ejecutivo comunitario, Karel van Miert, consiguió hasta ahora distanciarse de la investigación. Pero ayer su antigua secretaria habría reconocido haber recibido dinero de Agusta.
A petición del propio Van Miert, la policía judicial belga registró el 20 de febrero su despacho en la Comisión. Tras el registro, la atención se centró en el responsable belga de Exteriores, Frank Vanderibroucke, y el secretario general de la OTAN. La dimisión del ministro, el miércoles, volvió a poner los focos sobre el papel que hubiera podido desempeñar Van Miert, o su entorno, en la financiación del Partido Socialista flamenco (SP) con las donaciones ilegales de la empresa Agusta.
La secretaria. general del SP hasta marzo de 1991, Carla Galle, y actual compañera de Van Miert, habría reconocido haber recibido entre 10 y 15 millones de francos belgas (entre 45 y 67,5 millones de pesetas) de Etienne Mangé, el antiguo tesorero del partido, actualmente encarcelado. Otro de los encarcelados, Luc Wallyn -que dispone de varias cuentas en Zúrich a nombre del SP-, trabajó en el pasado con el actual comisario europeo. Karel van Miert fue presidente del SP hasta 1988.
Van Miert -quien ayer guardó silencio sobre las referencias de la prensa belga a su compañera- recordó, tras el registro de su despacho, que cuando presidía el partido tenía dos reglas de oro: no aceptar donaciones de empresas ligadas a la industria de defensa y no abrir cuentas del partido en el extranjero.
La justicia belga está ahora investigando el patrimonio privado de los encarcelados. Wallyn posee en el sur de Francia un chalé comprado a finales de 1990 por 12 millones de francos belgas (54 millones de pesetas). Poco antes de la rehabilitación del edificio, Wallyn retiró, de una de sus dos cuentas en Suiza -que acogieron las comisiones de Agusta- unos 23 millones de francos belgas (103,5 millones de pesetas) para pagar las obras.
Ayer mismo un antiguo embajador belga ante la Alianza Atlántica, Jan Andriessen, pidió la dimisión de Willy Claes. "Willy Claes ha perdido su credibilidad ante la mayoría de los países europeos de la OTAN", manifestó. La declaración de Andriessen es la segunda realizada esta semana -el martes se pronunció en este sentido el diplomático británico Michael Alexander- por un antiguo embajador ante la Alianza pidiendo la dimisión de Claes.
Oficialmente los representantes de los 16 Estados miembros siguen confiando en su secretario general. Un proverbio chino afirma que "un pato cocido no puede escaparse". El diario belga La Libre Belgique opina "que Willy Claes está prácticamente cocido".
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