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El primer informe forense arroja dudas sobre las identidades, según 'Las Provincias'

Las características físicas de los presuntos etarras José Ignacio Lasa y José Antonio Zabala no coinciden con las características de los restos humanos hallados en el año 1985 en la localidad alicantina de Busot señaladas en el primer informe forense, realizado entonces. Según una información que hoy publica el diario Las Provincias de Valencia, el informe suscrito en 1985 por el forense Antonio Bru indica que uno de los cuerpos pertenecía a un varón de entre 35 y 40 años de edad y que el otro debía tener entre 25 y 30 años. En el momento de su desaparición Lasa y Zabala contaban con 20 y 21 años de edad, señala el rotativo. Y añade que, según el forense, uno de los fallecidos llevaba bigote, cuando los dos presuntos etarras lucían barba en aquella época.Otra, cuestión que pone en duda la identificación de los cadáveres es que el primer informe forense estimaba que los cuerpos encontrados en una fosa en Busot habían permanecido enterrados en cal viva entre 30 y 42 meses, lo que no coincide con las fechas de desaparición de los dos presuntos etarras (octubre de 1983) y el hallazgo de los restos, en el mes de enero de 1985. Si fueran Lasa y Zabala, sólo podrían haber permanecido bajo cal viva un máximo de 16 meses.

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