La nueva valoración de existencias permitirá a las empresas ahorrar 100.000 millones en impuestos

El nuevo impuesto de sociedades, recientemente aprobado por el Gobierno y a la espera de trámite parlamentario, supondrá para las empresas un ahorro de al menos, 100.000 millones de pesetas gracias al nuevo sistema de valoración de existencias que establece. Dentro de las reformas que incluye el nuevo impuesto, ésta es la de mayor impacto recaudatorio. Por el contrario, la desaparición total de las deducciones por inversión, posibilidad que el proyecto del Gobierno deja abierta, supondría para Hacienda una mayor recaudación de 40.000 millones. Los últimos datos de este impuesto reflejan que apenas 1.000 empresas declaran ingresos superiores a los 10.000 millones de pesetas.

Los datos están contenidos en la memoria económico financiera elaborada por el Ministerio de Hacienda sobre el proyecto de ley del Impuesto de Sociedades -el que grava los beneficios de las empresas- que el Gobierno aprobó hace dos semanas y que se espera entre en vigor en 1996. Su aplicación práctica se producirá en las declaraciones que deben presentarse por las empresas un año después; es decir, en 1997 y su efecto recaudatorio se notará también en esa fecha.La medida que supone un mayor impacto recaudatorio es el nuevo sistema de valoración de existencias que se basará en el conocido como método LIFO. En la actualidad, las existencias de las empresas se valoran según el precio medio de adquisición de cada mercancía al final del ejercicio, con independencia del momento de su incoporación al stock. El método LIFO se basa en la idea de asociar las salidas de mercancías a las remesas más recientes. Normalmente, estos precios son más altos, permiten declarar menos ingresos y por tanto, menos beneficios.

Coste fiscal

Hacienda, en su memoria del proyecto de ley, reconoce la dificultad de establecer con exactitud lo que las empresas se ahorrarán con esta medida a efectos del impuesto de sociedades. Desde, una perspectiva "meramente teórica" el impacto se calcula en 100.000 millones de pesetas. Ésta es, por otra parte, la única de las reformas del proyecto de ley en que cuantifica de una manera precisa el coste fiscal para Hacienda.Por el lado contrario, es decir, lo que la reforma supondrá de mayor recaudación tampoco se concreta de forma global únicamente se señala el impacto que tendría la desaparición total de las actuales deducciones por inversión. El proyecto de ley las elimina pero deja abierta la posibilidad de que se establezcan en las leyes de Presupuestos de cada año, por razones coyunturales. El documento de Hacienda señala que en caso de que se elimine la principal de ellas (el 5% por inversión en activos fijos nuevos), se recaudarían 40.900 millones de pesetas más. La memoria del proyecto de ley señala, sin embargo, que no son los aspectos recaudatorios los que han promovido la reforma del impuesto de sociedades. Ello a pesar de que, según los últimos datos, el impuesto que grava a las empresas españolas (2,3% del PIB) es algo más bajo que la media de la OCDE (2,8%). Países como Alemania (1,6%) o Estados Unidos están por debajo, mientras que la media se supera en Japón (5%) e Italia (4,9%). Estos datos corresponden a las declaraciones de 1993, último ejercicio sobre el que se dispone de cifras comparables

Cotizaciones sociales

Hacienda argumenta que el impuesto de sociedades no es la única carga fiscal que soportan las empresas, ya que hay que añadir las cotizaciones sociales. Con todo ello, la presión fiscal de las empresas españolas se sitúa en la media de la Unión Europea. Por ello "no es factible ni conveniente utilizar la reforma para incrementar la carga tributaría", según el documento. Añade que la redistribución de la carga fiscal debe producirse desde el factor trabajo hacia el consumo", en línea con la rebaja de las cuotas sociales y el aumento del IVA decidido este año.Desde el punto de vista del impuesto, la memoria señala cómo se reparte la carga fiscal. Así, según los últimos datos, apenas 1.000 empresas declaran ingresos brutos superiores a los 10.000 millones de pesetas. Se produce, además, una fuerte concentración: las 500 empresas con mayores ingresos generan más del 50% de la cuota líquida.