50 países firman hoy en París el Pacto de Estabilidad para la Europa del Este

Medio centenar de ministros europeos de Asuntos Exteriores y el secretario de Estado norteamericano, Warren Christopher, darán hoy y mañana en París su luz verde a un Pacto de Estabilidad para Europa que dista mucho de lograr su objetivo inicial de resolver los conflictos fronterizos y de minorías entre los países del Viejo Continente, con la excepción de la ex Yugoslavia, que no ha sido invitada.Formulada por el primer minístro francés, Édouard Balladur, en abril de 1993 y expuesta en junio de ese mismo año en Copenhague a sus socios de la Unión Europea (UE), la idea del pacto de estabilidad fue finalmente apadrinada- por los Quince. Consistía en promover negociaciones durante un año entre los países centroeuropeos, por un lado, y entre Rusia y las república! bálticas, por otro, para poner fin a sus contenciosos.

La iniciativa de Balladur hizo vislumbrar a los negociadores que sólo su reconocimiento de la inviolabilidad de las fronteras y, de los derechos de las. minorías les permitirá en el futuro adherirse a las organizaciones a las que aspiran a ser miembros de pleno derecho, como la UE y la OTAN. Tal promesa no es válida para Rusia, cuyas dimensiones desaconsejan, en opinión de una mayoría de Estados miembros, que se incorpore algún día al club de Bruselas.Recursos financieros

Los acuerdos alcanzados serán sometidos a la conferencia ministerial de París" a la que también asistirán los jefes de Gobierno de Rumania, Hungría y Eslovaquia. Esta encargará a la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) que vele por su aplicación. Paralelamente, la Comisión Europea desbloqueará recursos financieros para poner en marcha programas de cooperación transfronteriza y regional que fomenten la confianza mutua.

Hoy, en París, será anunciada la conclusión de un centenar de acuerdos regionales o bilaterales, entre los que destaca el que cerraron el jueves en Bratislava los primeros ministros húngaro y eslovaco, Gyula Horn y VIadímir Meciar, respectivamente, sobre la protección de los 600.000 húngaros que residen en Eslovaquia.

En París no será, sin embargo, anunciado el otro, gran acuerdo esperado entre Budapest y Bucarest para zanjar el problema de los dos millones de húngaros que residen en Rumania. La negociación no está terminada, y la reactivación, en enero, de las revindicaciones de los nacionalistas húngaros de Transilvania ha incrementado la tensión entre ambos países.

Entre Moscú y las repúblicas bálticas quedan problemas por resolver, especialmente con Estonia, a pesar de, la retirada de las tropas rusas: El Kremlin está descontento con la nueva ley de nacionalidad estonia, que impone duras condiciones para la población rusa allí residente mientras esa república pretende que Moscú reconozca formalmente su ocupación durante 70 años.