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Arafat recurre a los gritos para acallar a sus críticos dentro de Al Fatah

Tan tenaz es la defensa de Yasir Arafat frente a sus compatriotas críticos del proceso de paz con Israel que el dirigente palestino tuvo que recurrir a la potencia de sus pulmones para aplacar el descontento interno en la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Arafat sé salió de sus casillas en la última reunión de Al Fatah, la principal facción de la OLP, celebrada en Túnez la noche del jueves, y tan sonoro y vehemente fue su discurso que incluso movilizó a sus guardaespaldas, quienes penetraron en la sala de reuniones alarmados por la trifulca.La lentitud del proceso de paz con Israel se ha convertido en munición en manos de nada menos que de Al Fatah, desde donde surgen demandas de una inmediata suspensión de las conversaciones que Arafat mantiene con el primer ministro israelí, Isaac Rabin. Anoche, leales a Arafat trataban de minimizar el propósito y efecto del griterío en Túnez. "El intercambio de ideas y opiniones es normal", dijo un funcionario desde Gaza.No era ésa la impresión que se recogía en círculos opositores izquierdistas. Descontentos con la lentitud de las negociaciones con Israel, varios exponentes de Al Fatah se han sumado al coro de críticas a Arafat y a su Autoridad Nacional Palestina, con jurisdicción limitada en Gaza y -en menor grado- en el bucólico pueblo cisjordano de Jericó.

Según fuentes próximas a la OLP, por lo menos siete de los 18 miembros del consejo central de Al Fatali demandaron a Arafat que suspenda las conversaciones con Israel, que en teoría debía haberse retirado de los centros urbanos de CisJordania en julio pasado a fin de facilitar las elecciones palestinas. Arafat estalló en cólera y comenzó una perorata cuya intensidad alarmó a sus guardaespaldas, que al ver que era solamente furia verbal, abandonaron el recinto.

Este altercado se añade a los síntomas de descontento palestino con la forma en que Arafat está manejando las cosas.Sus críticos le acusan de innecesaria docilidad frente a Israel.

Como cabecilla del más reciente desafío a Arafat se señala a Mohamed Jihad, quien -según fuentes próximas a la tumultuosa reunión- emplazó a Arafat a admitir que existe un frenazo y a suspender el diálogo ante la "intransigencia israelí".

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