La Casa Blanca se resiste a la invitación de Yeltsin para que Clinton visite Moscú
El presidente norteamericano, Bill Clinton, se resistió a confirmar ayer si aceptará la invitación de Borís Yeltsin para visitar Moscú en mayo, pese a que el presidente ruso ha prometido reducir al máximo la participación militar durante la celebración del 500 aniversario de la victoria aliada sobre los nazis.Washington no quería que la presencia del presidente Clinton en Moscú concindiera con desfiles militares para que al acontecimiento no se le pudiera ver ninguna relación con la intervención armada de Rusia en Chechenia. "Aprecio lo que Yeltsin dijo hoy y espero tomar una decisión sobre estos temas muy pronto", respondió ayer Bill Clinton cuando se le preguntó por su viaje a Rusia, donde debe celebrarse la cumbre semestral a la que están comprometidos ambas potencias.
El portavoz de la Casa Blanca, Michael McCurry, añadió que "todavía se están discutiendo las modalidades de la cumbre" y reiteró que no hay una decisión tomada. McCurry tampoco pudo precisar si la decisión surgirá de la reunión que el secretario de Estado norteamericano, Warren Christopher, y el ministro ruso de Exteriores, Andréi Kózirev, sostendrán la próxima semana en la ciudad suiza de Ginebra.
Esta larga espera es la forma en que Washington castiga a Moscú por los abusos cometidos durante la represión de la república caucásica de Chechenia y por otras discrepancias sobre la futura ampliación de la OTAN. Warren Christopher llegó a advertir el mes pasado que la intervención militar en Chechenia ponían en peligro la cumbre, y que la agenda del presidente Clinton estaba muy ocupada principios de mayo como para acudir a Moscú.Problema de escenario
En relación con la visita de Clinton, Borís Yeltsin declaró el jueves en Moscú: "Quiere venir [el presidente norteamericano], pero está un poco preocupado por el escenario". Para hacer más acogedor ese escenario, el presidente ruso anunció que reducirá el desfile militar previsto en la Plaza Roja de Moscú.
Pero Yeltsin no disimuló otras diferencias que hacen pensar a la Administración norteamericana que la cumbre de Moscú pueda ser un fracaso. Esas diferencias están relacionadas fundamentalmente con la negativa rusa a ampliar la Alianza Atlántica. "Asumir ahora que algunos países del Este y del centro de Europa se unirán a la OTAN y sus fronteras se moverán mas cerca de Rusia crea una situación que parece sugerir que tenemos otra vez una situación de bloque con la OTAN", declaró Yeltsin, según The New York Times.
El presidente Clinton está fuertemente presionado por el Congreso norteamericano para que se incorpore a la OTAN a varios países situados antiguamente bajo la influencia soviética,- aunque Clinton se resiste a hacer ese movimiento sin llegar antes a un acuerdo con Rusia.
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