Galileo
Contemplando al PSOE y al PP desde las leyes de la física puedes entender al mismo tiempo la democracia bipolar y la teoría de los vasos comunicantes, lo que no deja de ser un ahorro. Es decir, que cuanta más ideología echa el PSOE en su propio vaso, más sube la intención de voto en el vaso del PP. En estos momentos se podría decir que sus superficies morales se encuentran en el mismo plano, a lo mejor porque el tubito de comunicación entre ambos recipientes es Damborenea o quizá Fraga. Aunque lo cierto es que Galileo, a quien la Iglesia acaba de perdonar la vida, no habla de la calidad del tubo al enumerar las condiciones de equilibrio en los vasos. Parece que todo depende de la densidad de los líquidos.De hecho, cuando se introducen líquidos no miscibles, el más denso llena el tubo de comunicación, y las alturas respectivas de las superficies libres son inversamente proporcionales a la densidad de estos líquidos. De manera que el PSOE y el PP deben de trabajar últimamente con ideologías de densidad muy semejante, aunque la coloración sea distinta. De ahí que la intención de voto, según las últimas encuestas, no haya variado de forma sustancial respecto a la de hace tres meses, a pesar de los GAL y Cía. No hay misterio, sólo leyes físicas.
La verdad es que en esta situación no sabe uno qué hacer. Dan ganas de aconsejar al PSOE que rompa el tubito de comunicación. Se trate de Damborenea o Fraga, pero eso incluye el peligro de que se vacíen los dos al mismo tiempo y nos carguemos la democracia bipolar, que es la menos mala de la democracia (los países de nuestro entorno, etcétera). Vamos, que la cosa no tiene arreglo, al menos que al Papa, para echarle una mano a González, se le ocurra condenar de nuevo a Galileo, esta vez por defender lo de los vasos comunicantes.
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