Profesores y alumnos se movilizan para impedir que se suprima el bachillerato nocturno
Los institutos de noche temen verse sepultados por la enseñanza a distancia
Los profesores de educación secundaria de los 109 institutos del territorio escolar gestionado por la Administración central que imparten enseñanzas del bachillerato y del COU en horario nocturno están convencidos de que el Ministerio planea la desaparición progresiva de esta modalidad de enseñanza. Para empezar a luchar contra tal eventualidad se reunieron el pasado sábado en Madrid representantes de todos los institutos del llamado "territorio MEC". Los docentes creen que la oferta educativa en la que ellos llevan muchos años trabajando puede ser progresivamente sustituida por la modalidad de la enseñanza a distancia por razones meramente económicas.Ante esa perspectiva planean movilizarse para forzar a la Administración a que clarifique urgentemente el futuro de la enseñanza presencial nocturna. Quieren que antes del próximo 1 de mayo, y mediante la negociación con los sindicatos en las mesas sectoriales de Educación y Ciencia, el Ministerio garantice el "mantenimiento de los nocturnos actuales y la regulación urgente del bachillerato nocturno OGSE, en sus cuatro modalidades, y de la FP específica del nocturno".
La plataforma aprobada en la asamblea recoge además los siguientes puntos: "creación de una sola modalidad de enseñanza presencial que integre los actuales estudios nocturnos y la de adultos postobligatoria; igualdad de trato administrativo de aquella modalidad con la de la enseñanza a distancia, y diseño curricular de calidad de los estudios nocturnos común con el previsto para la enseñanza ordinaria, con las aportaciones pedagógicas necesarias".
Dudosa incompatibilidad
El temor de los institutos nocturnos a su desaparición tiene su origen en una circular ministerial del 1 de abril del año pasado, de la que se desprendía una equívoca incompatibilidad entre la oferta de la educación presencial y la de la enseñanza a distancia. En ella se decía que "la autorización para impartir estas enseñan zas [el bachillerato y el COU] en la modalidad a distancia exigirá como requisito que en el instituto no se impartan dichas enseñanzas en régimen nocturno presencial".
Hay que recordar que la enseñanza no presencial del BUP y COU dependía anteriormente del Instituto Nacional de Bachillerato a Distancia (INBAD) y que el Ministerio ha decidido descentralizar esta modalidad educativa integrándola en los institutos ordinarios.
La instrucción ministerial del 1 de abril, el proceso de sustitución de las antiguas unidades del INBAD y la anticipación en muchos institutos de la etapa de la educación secundaria obligatoria (su segundo ciclo sustituye a los dos primeros cursos del BUP tradicional) y del bachillerato de la LOGSE son tres circunstancias que han contribuido a ahondar la preocupación de los profesores de la enseñanza nocturna. En apoyo de su plataforma, los consejos escolares de los centros de diversas provincias -representantes de los padres, profesores y alumnos- han comenzado ya a llamar la atención de las instituciones locales. Los ayuntamientos son especialmente sensibles ante un problema que afecta muy directamente al futuro de los jóvenes que, con empleos precarios o sin trabajo, encuentran en la enseñanza nocturna la única plataforma posible para su realización personal.
La inequívoca conquista social de la plena escolarización ha permitido la llegada de todas las clases sociales a la educación secundaria, un fenómeno que era impensable hace un par de décadas. Pero ciertas carencias de raíz social -sobre todo la falta de tradición escolar de la generación precedente- provocan un alto grado de abandono -entre aquellos a los que, a los 14 o 15 años, el lenguaje académico les dice bien poco.
Sucede, sin embargo, que ese abandono no siempre es definitivo.
El joven que dejó el bachillerato por la mitad, cuando llega a la edad adulta y comprueba que el acceso al primer empleo está fuertemente condicionado por su nivel de estudios, regresa al sistema educativo con renovadas fuerzas, ahora con la ventaja de una madurez personal y una motivación mucho más fuerte.
La motivación
"En el instituto nocturno, somos los alumnos los que motivamos a los profesores; en el diurno, son los profesores los que intentan motivar al alumno, casi siempre inútilmente", afirma clarividentemente Juan Luis Ruiz, un joven de 22 años que trabaja como camarero durante el día y estudia el COU por las noches en el instituto Quevedo, del madrileño barrio de San Blas. En él están matriculados este curso 433 alumnos, de los cuales 97 (el 22%) abandonaron a lo largo del primer trimestre. El resto asisten asiduamente a las clases y, aunque "los resultados de la primera evaluación, como sucede también en el diurno, no son demasiado brillantes, según reconocen sus pfofesores", se calcula que un 50% largo superará el curso.
Mario Obregón, jefe de estudios de la sección nocturna del Quevedo y, con una dilatada experiencia en esta modalidad de enseñanza, pondera la "extraordinaria dimensión social de los institutos de noche". En su opinión, el Ministerio, si es cierto que planea su supresión, proba blemente no haya caído aún en la cuenta de que los institutos nocturnos pueden constituir un elemento esencial de los 'programas de garantía social' que la LOGSE prevé para quienes abandonan el sistema escolar sin conseguir los objetivos educativos propuestos.
Mariano Jabonero, subdirector general de Educación Permanente, asegura que el Ministerio no tiene la menor intención de sustituir el bachillerato nocturno por la enseñanza a distancia, porque son dos modalidades perfectamente compatibles". Jabonero aseguró que se está trabajado en la regulación de toda la oferta de enseñanza para adultos en el marco de la nueva secundaria obligatoria y de los también nuevos bachilleratos de la LOGSE. Los profesores comparten la idea de que ambas modalidades son compatibles, pero exigen garantías.
En el territorio escolar dependiente de Educación y Ciencia están matriculados este curso 20.000 alumnos en el bachillerato a distancia y 3.9.500 en el nocturno, cifras que pueden elevarse en todo el Estado a 50.000 y 99.000 respectivamente.
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